'Detrás del escándalo de la UNGRD hay más poderosos que no han sido tocados': Carlos Carrillo

En director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carrillo, tocó la actualidad de la entidad a la que aterrizó hace un año para limpiar la corrupción que dejó Olmedo López. 

También se refirió a la actualidad del Gobierno y envió un duro mensaje a aquellos funcionarios que critican el protagonismo de Armando Benedetti en esta etapa del Ejecutivo y que no lo hicieron durante la campaña presidencial de 2022.

Lleva un año al frente de la UNGRD, ¿sí ha podido avanzar frente a lo que dejó Olmedo López? ¿Ha cambiado la entidad?

La entidad indudablemente es otra, pero no hemos terminado. Es un proceso que puede que no llegue a estar completo. Hay particularidades que hacen que los procesos sean muy lentos. Por ejemplo, hace un año me nombraron. Cuando a mí me sientan en la silla del director me dan ocho cargos para manejar una entidad importante y que estaba en una gran crisis. Asumir una entidad como esta, con tan pocos cargos de libre nombramiento y remoción, es muy difícil. Los procesos de contratación de esta entidad son muy dispendiosos y largos porque deben hacer un doble proceso por la Fiduciaria. Eso quiere decir que solo a los cuatro meses se pudieron dar las contrataciones. Nosotros casi que nos tuvimos que tomar la entidad.

¿Por qué dice que fue una toma?

Recuerden que casi todos los directores se querían quedar en la entidad y resulta que después terminaron en la cárcel o tienen procesos. Incluso recuerden que cuando anuncian mi nombramiento, un mandadero de Daniel Quintero demandó mi designación porque yo no cumplía con el perfil. Hubo una resistencia política de los sectores que tenían las manos untadas acá. Entonces, cuando yo llego no hubo empalme, porque Olmedo estaba huyendo de la justicia. Fue difícil retomar la entidad, sobre todo que tiene un atraso de gestión documental gigantesco. A eso sumen que el subdirector Luis Carlos Barreto sale con el cuento de que se quiere quedar y colaborar. Estuvo un mes encargado y resulta que él también termina en la cárcel. Eso sí, quiero destacar que en la UNGRD hay una cantidad enorme de funcionarios probos y decentes que aman esta entidad. Solo que construir la confianza fue difícil porque también hubo un cartel de criminales que estaba saqueando la UNGRD.

¿Qué ha pasado con la depuración de gente que usted identificó como de Olmedo López y de Daniel Quintero?

Yo dije que iba a sacar a los mercaderes del templo y muchos están en la cárcel: Barreto está en la cárcel, al igual que Olmedo y Sneyder. Los tiempos de la justicia son lentos y creo que detrás de esto hay gente mucho más poderosa que no ha sido tocada. Yo he testificado y sigo colaborando con la justicia, pero sí siento que la verdad debe profundizarse, pero yo espero que pase. Veamos qué pasa con el principio de oportunidad de Sandra Ortiz porque esto ha costado ministro de Hacienda, Interior, director de UNGRD, alta consejera para las regiones, director del Dapre, director de la Función Pública. Son casi una docena de altísimos funcionarios del gobierno que han caído en este escándalo y eso es un golpe durísimo para un gobierno.

¿Hasta dónde llegó la corrupción en la UNGRD?

La corrupción es muy difícil de probar y es así porque le ha dado forma al sistema. Aquí no es que lo permeó, en Colombia la corrupción es el sistema. Tenemos una clase política que ha estado acostumbrada a vivir del Estado. Tan solo miren, antes los políticos corruptos sacaban coimas de algunos proyectos, ahora son los grandes contratistas del Estado. Eso se ve con absoluta claridad con las casas políticas y el empresariado. No es pecado hacer plata, pero sí es pecado usar el poder político para garantizar trabajo a sus familias y amigos. Eso pasa todo el tiempo en Colombia. Entonces, si me preguntan hasta dónde llegó la corrupción diré que fue un barril sin fondo.

Una de las demoras que esgrimió al comienzo es que debían limpiar el banco de proveedores, ¿qué se ha avanzado en ese tema?

Se ha avanzado, pero también hay un problema grave que es la crisis reputacional de la entidad. Por ejemplo, tenemos un problema grande para pagar, yo he dicho que soy el primer moroso de la nación. Debemos casi 5 billones. Cada contrato es distinto; por ejemplo, hay contratos de maquinaria amarilla que no tienen disponibilidad presupuestal. Eso no es ilegal por los superpoderes de la entidad, pero es que eso es una excepción y aquí se convirtió en la norma. Nos acercamos a los 700.000 millones de pesos de cuentas por pagar que no tienen respaldo presupuestal y que no se puede probar que se ejecutaron de manera correcta. Hay casos que no podemos pagar y otros donde también es malo que paguemos porque lo que hace esta entidad es de particular escrutinio de los medios de control y de los medios de comunicación. Aquí estamos pagando todo lo que podemos pagar, pero cumpliendo los requisitos de ley. Es un desafío enorme que se agrava con el problema de liquidez que tiene el Estado colombiano.

Usted mencionó a Daniel Quintero y dijo que hay una huella de él en la entidad, ¿qué ha pasado con eso?

Absolutamente nada, los premiaron. Ustedes deben recordar que yo denuncié que el último día de Olmedo en la entidad salieron unos giros raros a Corpourabá y Corantioquia. Nosotros logramos detener esos dineros que ascendían los 140.000 millones de pesos y que fueron firmados en este escritorio donde tenemos la entrevista. Eso salió cuando a Olmedo ya lo habían echado y se atrinchera aquí todo un día firmando contratos como loco. Rasparon la olla, literalmente. Esos fondos los firmó un abogado-ingeniero de sistemas, el señor José Fernando Tobón, del grupo de Quintero, y lo premiaron con una subdirección de la UGPP. Yo eso lo hablé con Ricardo Bonilla.

¿Y qué ha pasado con esas denuncias en el Gobierno? Usted alerta, pero parece que no le ponen atención.

En ese caso hubo oídos sordos. Yo entiendo que el Presidente no puede estar en todas partes y seguramente hay cosas de las que no se entera, pero esas contrataciones pasaron. Yo no quiero entrar en la discusión de Daniel Quintero porque él es candidato y a mí no me queda bien meterme en discusiones políticas. Pero es claro que gente de Daniel Quintero estuvo aquí, así él niegue que sean sus cuotas, incluyendo el desfile todo el tiempo de Esteban Restrepo, premiado con la secretaría general de Ecopetrol.

¿No son perfiles muy altos para que el Presidente no sepa?

Pues imagínense ese sueldazo, va a tener con qué aportarle a la campaña de Quintero.

Usted frenó desembolsos de Uribia, Corpoantioquia y Corpourabá por el escándalo de Olmedo, ¿qué pasó con esos dineros?

Esos recursos siguen en el limbo jurídico, pero no se han entregado. Esos dineros se salvaron. Lo primero que se hizo fue detener el contrato de los carrotanques, que fueron 52.000 millones de pesos. Otros recursos siguen en disputa, pero apenas salgan tendrán un impacto fiscal que puede llegar a los 3 billones de pesos. Son 920 fallos. Por ejemplo, uno en el que vamos bien es el final del contrato de esas desalinizadoras con las que Barreto iba a pagar la coima de 13.000 millones de pesos. Esas desalinizadoras las iban a cobrar por 42.000 millones de pesos.

¿Han encontrado más proyectos donde se ve la mano de los congresistas, como en el escándalo de la UNGRD?

A mí los congresistas no me buscan y ni siquiera me traen hojas de vida, se mueren del miedo. Ellos saben que hay una talanquera a las viejas prácticas de la política. Pero sí hemos encontrado todo el tiempo proyectos por lo menos chuecos: no están debidamente estructurados, no cumplen con el principio de planeación, inviables o con otros chicharrones. Por ejemplo, el de Cara de Gato fue un lío jurídico inmenso, o ese lío que tuve con la secretaria jurídica, todo el mundo me decía que no podía echarla porque decía que estaba embarazada, pero la eché y gané eso en los tribunales.

Ya que habla de Cara de Gato, ¿qué va a pasar con ese proyecto, que incluso ha tenido reclamo de la gobernadora de Sucre por la falta de atención a La Mojana?

La escuché y quiero decirle que ya se firmó el contrato la semana pasada. Hubo demoras porque tocaba desarmar el entuerto jurídico al rededor. No es fácil desarmar contratos porque implica unos riesgos jurídicos muy grandes. Ahora estamos haciendo el desarrollo de las obras de emergencia y ahí encontramos otros problemas. Por eso es que aprovecho estos espacios para decirle a los contratistas que recuperen la confianza en esta entidad. El problema reputacional hace muy difícil que encontremos proveedores honestos y capaces. No quieren trabajar de nosotros. No les prestan a los proveedores si dicen que es para la UNGRD y no nos aseguran, miren lo que pasó con los carrotanques.

Y sobre los carrotanques, ¿ya todos están operando?

Todos están asegurados y 19 se entregaron a los departamentos. Hay otros que nos quedamos con ellos porque los vamos a operar. Hay otros que están en proceso de acondicionamiento. Por ejemplo, los que vamos a enviar a San Andrés y Providencia le estamos haciendo ajustes. Imagínense el descaro, los carrotanques chiquitos los vendieron a 725 millones y ni aire acondicionado tenían. No lo puedo mandar a San Andrés sin eso. Estamos avanzando con esas mejoras. Además, tenemos un contrato de mantenimiento pero solo podemos hacerlo con un proveedor específico o se pierde la garantía. Ese contrato se ha demorado por todo este enredo.

Y en el caso de Caregato, ¿cuál será la solución?

Ya se firmó el contrato de emergencia, falta adelantar el contrato de obra permanente. En cuanto al de emergencia, será una obra en la necesitamos hasta 60 máquinas para ensanchar el canal de la Esperanza y hubo demora en eso porque no había un consenso técnico. Se consiguió un consenso y ahora estamos contratando la maquinaria amarilla y equivale a 17.000 millones de pesos. Por otro lado, estamos estructurando desde la subdirección de reducción un contrato para construir una obra permanente allí y que debe pasar por sus tres fases. Eso debe quedar firmado y, ojalá, entregado en este gobierno.

Ustedes han pedido varias adiciones presupuestales y se las han negado, ¿qué buscaban con esos dineros?

Era para cosas muy importantes; por ejemplo, la atención de Providencia. Lo que pasó con la reconstrucción es muy grave y eso tienen que investigarlo la Procuraduría y la Fiscalía. Casi que tenemos que reconstruir la construcción de Providencia y eso cuesta mucho dinero. 

Usted dijo que se debía pensar en la liquidación de la UNGRD, ¿qué pasó con esa posibilidad?

Es muy importante hablar de lo que va a pasar con la gestión del riesgo en Colombia y aquí yo hago un llamado amistoso al Congreso. Debemos ver qué vamos a hacer con la UNGRD. El presidente Petro tiene facultad de liquidar, pero la gestión del riesgo no puede quedar desamparada ni un solo momento porque quién va a asumir los roles de la Ley 1523.

¿Cuál es la solución?

Yo creo que el futuro del tema del riesgo en Colombia debe apuntar a la creación de un sector que se convierta en un ministerio de adaptación del cambio climático, porque es la realidad inobjetable en el mundo. Si hay un país en riesgo, es el de nosotros. Por eso necesitamos un sector que dicte la política de adaptación y que tenga facultades sancionatorias. Además, debe asumir todos los institutos de conocimiento para el riesgo: Ideam, Instituto Geológico Colombiano, la Dimar, el Igac y otros.

Con lo que ha pasado con el Ministerio de la Igualdad, ¿usted sí ve al Congreso dando esa discusión que propone?

Son discusiones completamente diferentes. Primero, fue un error crear el Ministerio de la Igualdad desde cero, debió crearse a partir de Prosperidad Social. Crear una institucionalidad de la nada es un error y es inviable. Pero volviendo a nuestro tema, es muy distinto porque hay un consenso en todos los sectores, desde el más uribista hasta el más de izquierda, de que debe hacerse algo con la UNGRD. Este escándalo de corrupción ha tocado tantas fibras que es el escenario perfecto para crear consensos, sobre todo porque no es un tema deliberante.

Usted presentó su carta de renuncia protocolaria, ¿qué le dijo el Presidente?

No me dijo nada. Ya estaré inhabilitado para aspirar al Congreso en el momento en que salga esta entrevista. Ese era el rumor que se manejaba de que quería aspirar al Congreso. Hay muchas personas que dicen que yo quiero ser senador y yo no tengo esa intención. Digamos, cuando fui concejal me dijeron que yo quería ser representante y no fue así. Dejar un cargo botado es un insulto con las personas que le dan la confianza. Y no pienso renunciar para buscar una curul en un momento de incertidumbre, de listas cerradas, de un Pacto Histórico que no se ha consolidado. Si esto sigue como va, la rapiña de las curules va a ser igual a la de 2022 y yo no le juego eso. Yo no quiero hacer parte de esa división y hacerle daño a un proceso de integración de izquierda.

¿No le propusieron ir al Senado?

No me lo propuso oficialmente el Pacto. Mis relaciones con la cúpula no son buenas.

Usted habla de lucha anticorrupción, pero eso contrasta con personajes como Benedetti en el Gobierno...

Pero es que Benedetti llegó en 2021. Ese duelo ya lo hice. El Presidente ganó en una coalición y fue con una coalición con sectores políticos liberales y santistas. Yo no comulgo con ellos y tengo grandes diferencias en ideología. Por eso, cuando llegan esos personajes (Roy, Prada y Benedetti) yo pongo las alertas, jodí y triné. Lo que me parece hipócrita es que cuatro años después, por cálculo electoral ahora sí se indignen. Se rasgan las vestiduras por la presencia de Benedetti ahora, cuando fue fundamental en la campaña.

¿Cómo hará para que la UNGRD no sea usada como chequera en blanco para las elecciones, como ya pasó en el reciente escándalo de Olmedo López?

No utilizaré esta entidad para hacer política, ni siquiera estoy en campaña. Además, nunca espero que una persona que trabaje en esta entidad vaya a votar por mí o apoye mi proyecto político.

JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO

Redacción Política