En un mercado saturado de mundos abiertos hiperrealistas y mecánicas complejas, Deliver At All Costs llega como un refresco. Desarrollado por Studio Far Out Games y publicado por Konami, este título logra algo difícil de encontrar hoy en día: ser genuinamente divertido sin pedirle al jugador más de lo necesario.
Ambientado en una versión caricaturesca de 1959, el juego nos pone en los zapatos de Winston Green, un mensajero con una misión clara: entregar cualquier cosa, sin importar el costo. Y cuando decimos “cualquier cosa”, no es exageración.
Desde un marlín gigante que se agita sin control, hasta una bomba inestable a punto de explotar, cada encargo es una excusa para mezclar destrucción, humor y creatividad.
Las mecánicas no podrían ser más simples: acelerar, frenar, entrar o salir del vehículo, empujar, patear. Con eso basta. Lo interesante es cómo el juego saca provecho de esa base sencilla para construir misiones únicas, con objetivos que van desde la velocidad extrema hasta la precisión milimétrica.
No siempre se trata de ir rápido; a veces, ser cuidadoso es la forma más eficaz de completar una entrega.
A pesar de su potencial para volverse un festival de caos al estilo GTA, el título evita caer en ese lugar común. No se trata de robar coches ni sembrar el pánico indiscriminadamente.
Deliver At All Costs encuentra su identidad en un equilibrio muy bien logrado entre locura y estructura. Su alma está en las físicas y en la capacidad de destrucción del entorno, no en la violencia gratuita.
Visualmente, el juego no apuesta por el hiperrealismo, pero su estilo retro y su cámara fija desde el cielo le dan un encanto particular. Este enfoque también hace que la experiencia sea accesible para quienes no son jugadores habituales, aunque plantea un pequeño reto: la dirección del vehículo no cambia según el ángulo de cámara, lo que puede confundir en un inicio al conducir.
Y aunque no es un juego de carreras, se siente como uno cuando es necesario. Las físicas de los vehículos están bien logradas, con derrapes satisfactorios y un sistema de colisiones que hace que incluso los baches en la carretera tengan consecuencias reales.
Los escenarios están diseñados con detalle, y eso se nota: cada misión parece pensada para desafiar al jugador desde una lógica distinta.
En resumen, Deliver At All Costs es un juego que no pretende reinventar el género, pero sí recuerda que un videojuego también puede simplemente ser eso: un espacio para pasarla bien. Perfecto para entrar, divertirse y salir con una sonrisa. No necesita más.
Este juego se encuentra disponible en Steam, Xbox Series y PlayStation5, consola en el que lo probamos y corrió de las mil maravillas.