Dayro Moreno, la leyenda... (Opinión)

Once Caldas tiene en Dayro Mauricio Moreno Galindo a un ícono indiscutible, un guerrero de mil batallas que, lejos de menguar, sigue escribiendo páginas doradas en su carrera. Este miércoles, frente al América de Cali, el delantero de 39 años demostró que la experiencia en él es sinónimo de efectividad. Sus dos goles no solo abrieron el camino para la victoria 3-0 del Once Caldas, sino la confirmación de que su leyenda sigue viva y que, como el vino, mejora con los años.

Dayro es un goleador nato y se ha reinventado en el final de su carrera. Sigue mostrando hambre, esa misma que lo llevó a brillar en México, Argentina, Brasil o Rumania. En cada gol que celebra, es evidente que aún siente esa pasión infantil que lo llevó a patear su primer balón en Chicoral, Tolima. Sin embargo, lo más llamativo no es solo su capacidad para anotar, sino su liderazgo, esa influencia que inyectaba carácter a un Once Caldas que lo necesitaba más que nunca para volver a soñar con llegar a una final, algo que no le sucede al Blanco desde la Liga-II 2011.

El partido contra América no fue uno más. Con la presión de ganar en casa, Dayro llegó al Palogrande encima del bus del equipo, alentando los cánticos de la hinchada: “está noche cueste lo que cueste, esta noche tenemos que ganar” . Y con ese ánimo salió a la cancha como un verdadero líder, cargando a sus compañeros y demostrando que el talento nunca envejece. Su primer gol, un remate certero, dejó claro que su instinto sigue intacto. El segundo, tras un taco preciso, desató la euforia completa en el Palogrande. Y casi se enloquece cuando pitaron un penalti a favor del Once, pero él ya había sido sustituido. Gritó, saltó y celebró como un hincha más. Al final subió a la tribuna y el canto cambió: “el domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”.

Dayro no solo juega para ganar, juega para recordar por qué su nombre está inscrito en la historia grande del fútbol colombiano con letras doradas, con esos dos tantos llegó a 350 anotaciones como máximo anotador del colombiano, distinción que pelea cabeza a cabeza con Falcao García (349).

Pero más allá de los números y las estadísticas, lo que convierte a Dayro en una leyenda es su resiliencia. Ha vivido polémicas, ha enfrentado críticas, pero siempre ha encontrado la manera de mantenerse fuerte. Hoy, con una madurez que pocos imaginaban, parece disfrutar cada minuto en la cancha, consciente de que el tiempo ya no es su aliado, pero la pasión sí.

El fútbol enseña que las leyendas se construyen no solo con talento, sino con constancia y amor por el juego. Dayro Moreno demuestra tener ambas en abundancia. Su actuación fue un recordatorio de que los verdaderos ídolos no desaparecen, simplemente se transforman. Y en ese proceso, Dayro sigue siendo un regalo para los que aman el fútbol, pero sobre todo para los hinchas del Once Caldas.

Hoy, el nombre de Dayro Moreno no solo resuena en Manizales, sino en toda Colombia. Es el testimonio de que, en el deporte, la edad es solo un número, y que mientras exista pasión, siempre habrá una nueva hazaña por lograr. Ya levantó dos títulos de liga con el Once Caldas (2003 y 2010) y la Copa Liberadores, el domingo contra el equipo de la tierra que lo vio nacer, Tolima, buscará regresar a la disputa por el título. El Once depende de sí mismo, mejor dicho de Dayro, un triunfo en Ibagué lo llevará a la final.

La leyenda continúa.

CAMILA ESPINOSA ARISTIZÁBAL

Para EL TIEMPO

@Camilanoticia1

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