Los datos revelados esta semana por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), que dan cuenta del desempeño económico del país con base en el Índice de Seguimiento de la Economía (ISE), sembraron algunas dudas en torno al comportamiento futuro de una de las actividades que en los últimos dos años se ha convertido en uno de los principales jalonadores de la economía, el agro.
En noviembre del año pasado las actividades primarias, que incluyen agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca; Explotación de minas y canteras, registraron una caída importante de 1,7 por ciento anual, cuando solo un mes antes había presentado una dinámica de 4,5 por ciento anual.
De los 11 meses del 2024 reportados por el ente estadístico oficial, el agro presentó avances importantes en ocho meses que permitieron catalogarlo como uno de los motores de la recuperación económica colombiana, siendo los más relevantes los de enero (& por ciento), febrero (6,8 por ciento), abril (11,1 por ciento y julio (7,8 por ciento).
Marzo, junio y noviembre, por el contrario, fueron los únicos meses en los que dichas actividades se situaron en terreno negativo, con caída de 4,3; 0,2 y 1,7 por ciento, respectivamente.
Señales de riesgo
Aunque algunos analistas consultados consideran que el dato del ISE no puede tomarse como una fotografía precisa de lo que ocurre en una u otra de las actividades evaluadas por el Dane (primarias, secundarias y terciarias), en la medida que la entidad pone en una misma canasta a varios sectores, como las que engloba las primarias (agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca; Explotación de minas y canteras), dicho indicador puede enviar algunas señales sobre hacia donde se mueve la economía.
"El ISE total para noviembre llega a 0,4 por ciento, sin duda un dato muy desalentador que nuevamente nos señala que la reactivación no se ha consolidado y es urgente la adopción de una estrategia que recupere la confianza y certidumbre de los inversionistas y genere las condiciones para lograr crecimientos altos y sostenidos", señaló Bruce Mc Master, presidente de la Andi.
Frente al desempeño de las actividades primarias, el vocero de los empresarios colombianos, dijo que la reducción de 1,3 por ciento en noviembre rompe la tendencia favorable que venía presentando ese indicador. "Este punto de inflexión en noviembre exige un estrecho monitoreo del indicador de las actividades primarias para definir si se trata de un deterioro transitorio o un cambio de tendencia", precisó.
Los empresarios no son los únicos que ven señales preocupantes para la economía y, en particular, en el desempeño del campo y sus actividades relacionadas.
Según el centro de estudios económicos Anif, el desempeño observado en el agro colombiano en noviembre pasado estuvo explicado, principalmente, por un decrecimiento en la producción de frutas, ante un menor abastecimiento en varios departamentos del país. Además, mencionan sus analistas, "se evidenció una menor demanda interna, aunque esto fue parcialmente contrarrestado por las exportaciones, lo que limitó la caída".
Y agregan, en términos generales, que los resultados presentados por el Dane revelan que, si bien la economía mantuvo su dinámica de crecimiento en noviembre, esta fue débil por cuenta del decrecimiento de sectores importantes como industria, construcción y agricultura.. "En ANIF hemos manifestado nuestra preocupación por la heterogeneidad del crecimiento entre sectores, esto resalta la necesidad de políticas de reactivación enfocadas en estos renglones claves para tener un crecimiento sostenible", precisan.
Falta de políticas
El recrudecimiento del conflicto armado interno en los últimos años sin duda también tiene una alta cuota de responsabilidad en esas pobrs cifras que comienza a mostrar el agro colombiano, según lo manifiestan voceros del sector cauchero del país.
Fernando García Rubio, director Ejecutivo de la Confederación Cauchera Colombiana, advierte que a ese flagelo hay que sumarle la cada vez más escasa oferta de mano de obra en el campo.
En su opinión, el conflicto armado en varias regiones del país ha ocasionado de nuevo el desplazamiento y abandono de las zonas rurales por parte de las familias y empleados y ese es un golpe muy fuerte para esta importante actividad económica.
"No se ha planteado una estrategia de Gobierno para fomentar el trabajo en el campo colombiano y lo que se promueve es solo el establecimiento de cultivos transitorios que no generan sostenibilidad en el campo como si lo generan los cultivos tropicales permanentes. La política agropecuaria se ve diluida por los constantes cambios en las direcciones internas en el Misterio de Agricultura y en la falta de interés de los mismos en trabajar de la mano con los gremios de la producción", señala el experto.
Agrega el vocero gremial que: "Esta política agropecuaria que se ha venido promoviendo solo se trabajo con algunos gremios de interés, desconociendo que el campo es un sistema integrado de sistemas productivos que están directamente relacionados con los niveles de productividad de cada región. El desgaste institucional de las Agencias adscritas al Ministerio de Agricultura y por los constantes cambios de personal hacen que cualquier iniciativa para promover la economía campesina se quede solo en procesos de entrega de tierras, pero no en oportunidades para incrementar las siembras y aumentar la productividad en el campo".
Actividad ganadera va bien
Aunque los datos de noviembre pasado de las actividades primarias muestran un panorama muy general y uniforme de los sectores que engloba el Dane allí, lo cierto es que no a todos les fue mal en ese décimo primer mes del 2024. Los ganaderos, por ejemplo dicen que a ellos noviembre les reportó una buena dinámica, debido a un mayor consumo interno de carne y leche y a que la inflación mantuvo una tendencia a la baja durante todo el año.
Oscar Cubillos, de la oficina de Planeación y Estudios Económicos de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), explica que debido a esa menor variación del costo de vida permitió una mayor demanda. "La inflación de la carne apenas fue de 0,6 por ciento el año pasado y con una variación tan bajita la gente pudo volver a comer esta proteína", explica el economista.
Dijo que una inflación en niveles del 5,2 por ciento hizo que la gente le rindieran más sus recursos, lo que unido a que muchos hogares estaban un poco cansados de comer pollo y huevos, pues ayudó a que al sector ganadero le fuera mejor en el 2024. El sacrificio de ganado creció 6,1 por ciento en el año, ayudado también por una mayor dinámica exportadora.
Colombia exporta carne bovina a más de 25 destinos en el mundo, pero el año pasado China y El Salvador elevaron su demanda y la tasa de cambio también ayudó a mejorar las ventas de este sector de la economía. En Fedegán esperan que este año haya también una muy buena dinámica, más si se llega a abrir el mercado exportador hacia Estados Unidos.
Cubillos destaca que, si bien en el mercado de la carne las cifras fueron positivas, en el lechero no lo fue tanto pues el acopio del líquido sí cayo en noviembre 1,4 por ciento, debido a que las empresas lecheras, en el segundo semestre del año comienzan a elevar sus inventarios de cara al verano del siguiente año para que el alza de precios de la temporada no los impacten, algo que es normal dentro del sector, dice el experto.
Cubillos señala que esas actividades primarias es mejor analizarlas por separado y menciona, por ejemplo, el tema del café que es muy variable y estos tiene un impacto importante debido al peso que tiene dentro del sector y de la economía.
"El 2025 la ganadería bovina mantendrá su dinámica y si la tasa de cambio se mantiene en los niveles actuales, por encima de los 4.200 pesos, habrá una buena dinámica exportadora. China sigue siendo un gran comprador, hay buena demanda en mercados nuevos, como El Salvador, y si se da la apertura del mercado estadounidense como se espera, sumado al mayor consumo interno que viene creciendo, harpa que este año también sea muy positivo", puntualizó el economista.