Ubicado en la Carrera 13 # 85-65 en Bogotá, Cava Bombón es un tesoro oculto en la ciudad. Este restaurante mediterráneo se esconde tras una elegante boutique de vinos, ofreciendo a sus visitantes una experiencia gastronómica única en un ambiente íntimo y acogedor.
Desde el momento en que se cruza la puerta, la atmósfera cálida y elegante envuelve al comensal, creando un espacio donde la luz tenue y la decoración minimalista resaltan la exclusividad del lugar.
Cada detalle está pensado para generar una experiencia inmersiva, desde la música tenue hasta el aroma sutil a madera y especias que impregna el aire. El servicio es impecable, con meseros atentos y dispuestos a explicar con detalle cada plato, elevando la experiencia a un nivel superior.
Para comenzar, el pan de la casa fue un acierto absoluto. Servido con una mantequilla de miel de maple, la combinación entre lo dulce y lo salado potencia los sabores de una manera sutil pero inolvidable. Su corteza crujiente contrasta con el interior esponjoso, convirtiéndolo en una antesala perfecta para el festín que viene a continuación.
El pan de la casa. Foto:EL TIEMPO
Como entrada, el salmón curado fue una grata sorpresa. Su curado en casa durante 24 horas con eneldo y notas cítricas resalta su frescura, pero lo que realmente eleva el plato es la crema de ajo blanco.
Foto del salmón curado. Foto:EL TIEMPO
Su sabor es increíblemente balanceado, logrando una textura ligera y contundente a la vez, sin dejar una sensación pesada en el paladar. Los tomates cherry, las cebollas al vino y el hinojo encurtido aportan un contraste refrescante, haciendo que cada bocado sea una experiencia de equilibrio y sofisticación.
Los platos fuertes no se quedaron atrás. La panceta a La Vera es toda una experiencia en boca. Su cubierta crocante cede paso a una carne increíblemente jugosa y suave, que prácticamente se deshace al contacto.
El contraste entre la costra dorada y el interior tierno crea una explosión de texturas, mientras que la mantequilla de pimentón de la vera y las papas confitadas complementan el plato con un toque de untuosidad y sabor ahumado que permanece en el paladar.
Por otro lado, el lomo al carbón fue una elección memorable. Más allá de la calidad y cocción perfecta de la carne, lo que realmente destaca es su salsa. Con más de 20 ingredientes en su preparación, logra una complejidad y un balance excepcionales, sin que ningún sabor opaque al otro, sino fusionándose en una mezcla armoniosa.
Cada bocado es una evolución de matices, con notas ahumadas, toques especiados y una ligera acidez que resalta la jugosidad del lomo.
Para cerrar la velada, el arroz brûlée fue el broche de oro. Su capa caramelizada en la parte superior recuerda a un clásico crème brûlée, pero con la suavidad y la textura perfecta de un arroz con leche.
El arroz brûlée. Foto:EL TIEMPO
Al romper la costra crujiente con la cuchara, se libera el aroma a azahar, que perfuma delicadamente el postre y le añade una profundidad sutil pero impactante. La cremosidad del arroz, equilibrada con el dulzor del caramelo tostado, hace que cada cucharada sea una experiencia reconfortante.
Más allá de los platos probados, el menú de Cava Bombón ofrece una variedad de opciones que reflejan su identidad mediterránea. Las tostadas de rabo de toro, servidas sobre pan de masa madre con tumaca, queso manchego y alioli, son una alternativa robusta y llena de sabor.
El lomo al carbón. Foto:EL TIEMPO
Para quienes buscan un contraste de texturas, el camembert crocante, empanado con panko y acompañado de confitura de cebolla y tomates, es una apuesta segura.
Entre las opciones del mar, el pulpo a la parrilla, terminado al carbón y servido sobre crema ahumada de patata, es una muestra del dominio de las técnicas de cocción. La pesca meuniere, cocida en mantequilla y piel de limón, ofrece un perfil más fresco y delicado, ideal para quienes prefieren sabores más sutiles.
Cava Bombón. Foto:EL TIEMPO
Acompañando la cena, una copa de vino tinto de la selección de la casa realzó cada uno de los sabores, añadiendo un toque de profundidad a la experiencia gastronómica. La combinación de notas frutales y taninos equilibrados hizo que cada plato brillara aún más.
Cava Bombón no solo brilla por su propuesta culinaria, sino por la dedicación a cada detalle de su servicio y ambiente. Su iluminación cuidada, la disposición de las mesas y la estética que mezcla lo clásico con lo moderno crean un entorno perfecto para una velada especial.
La privacidad y calidez del espacio hacen que el tiempo transcurra sin prisa, permitiendo disfrutar de cada bocado como si fuera un ritual. Es un rincón secreto en Bogotá que bien vale la pena descubrir y, sin duda, un lugar al que siempre se querrá volver.