El momento de la ducha es uno de los más relajantes en el día de cada persona, pues si es en la mañana, ayuda a despertar el organismo para emprender un día lleno de energía o si es en la noche, ayuda a relajar antes de acostarse a dormir.
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Así mismo, hay ciertas condiciones que cambian en el cuerpo, si la ducha es con agua caliente o fría y para ellos algunos expertos se refieren al tema.
Algunas personas prefieren ducharse con agua fría, pues se ha determinado que el hacerlo puede ayudar con la tonificación, mejora el estado de ánimo y la circulación, mientras que otros lo hacen con agua caliente, pues no soportan el agua fría, a pesar de los beneficios antes mencionados.
¿Bañarse con agua fría o caliente?
En la actualidad, se habla mucho sobre el ahorro de agua, pero no solo por ello se recomienda que las duchas sean cortas, sino porque también duchas muy largas no son recomendables.
La Organización Mundial de la Salud señala que a la hora de ducharse no se superen los 95 litros de agua de consumo medio diar en la ducha y aunque no existe un patrón que sugiera el número de veces hay que bañarse al día, sin embargo expertos como Susana Puig, jefe de servicio de dermatología del Hospital Clínic de Barcelona, afirma: “Debemos encontrar un equilibrio adecuado entre higiene correcta y exceso de higiene, que puede ser perjudicial.
Así mismo, Antonio Clemente Ruiz de Almirón, dermatólogo miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, menciona que el baño diario no es perjudicial, pero que es posible que se torne así cuando hay un exceso de hidratación de esta forma, pues se reseca mucho la piel.
Por otra parte, en cuanto a la temperatura del agua a la hora de ducharse, algunos prefieren el agua caliente, así se encuentren en clima cálido, sin embargo, los médicos sugieren algunas claves para mantenerse en buenas condiciones.
Según Puig, las temperaturas más parecidas a la de nuestro cuerpo son las más adecuadas a la hora de ducharse, es decir, que estas deben estar entre 36 y 37 grados centígrados.
En contraparte, Ruiz de Almirón sugiere que para no excederse ni en fría ni en caliente, lo adecuado es que el agua esté tibia, pero los dos doctores mencionan que entre las dos temperaturas, la más perjudicial para el organismo es el agua caliente, puesto que deshidratan más la piel.
El agua fría tiene más veneficios para el cuerpo humano, pues tienen un efecto vasotónico, que puede resultar beneficioso para la circulación sanguínea y en horas de la noche, ayuda a relajar y regular la temperatura corporal, lo que contribuye a conciliar el sueño.
Si debe escoger entre una y otra opción, los especialistas señalaron que depende de la necesidad de cada persona, pero también de la edad y también los productos que suelen usarse a la hora de ducharse, que deberían ser los menos posible para evitar perjudicar la piel.
LUZ ANGELA DOMÍNGUEZ CORAL
Redacción Alcance Digital