Israel llevó adelante el lunes los mayores ataques en el Líbano contra objetivos de Hezbolá desde que comenzó la guerra en Gaza el pasado 7 de octubre. Más de 550 personas murieron y más de 1.800 resultaron heridas en los bombardeos en el sur y este del país. La escalada bélica incrementa los temores de una guerra regional más amplia que involucre a Irán y a las milicias que apoya en el Medio Oriente, denominadas proxys.
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Israel dijo que golpeó más de 1.300 objetivos de Hezbolá en el Líbano, un país de 5,5 millones de habitantes. Se trata de la acción más letal desde la guerra que los enfrentó en el 2006.
“Hasta ahora, docenas de aviones de combate de la Fuerza Aérea han atacado, bajo la dirección del Comando Norte y el ala de inteligencia, unos 1.300 objetivos terroristas de Hezbolá en el sur de Líbano y la región de Becá, en lo profundo del Líbano, en varias oleadas de ataques a lo largo del día”, detalló un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El Ejército atacó edificios donde Hezbolá escondía cohetes, misiles, lanzadores, vehículos aéreos no tripulados y otra infraestructura militar
”El Ejército atacó edificios donde Hezbolá escondía cohetes, misiles, lanzadores, vehículos aéreos no tripulados y otra infraestructura militar”, agregó.
Las FDI aseguraron haber detectado unos 165 cohetes lanzados desde el Líbano contra Israel, la mayoría dirigidos contra el norte del país, incluida la ciudad de Haifa donde se han suspendido las clases.
Además, al menos 10 proyectiles de largo alcance fueron dirigidos contra asentamientos de Cisjordania; a más de 100 kilómetros de la frontera con el Líbano.
Ninguno de estos lanzamientos causó ni víctimas mortales ni heridos, según el servicio de emergencias israelí Magen David Amon (MDA)
El ejército israelí advirtió a los residentes del sur y del este del Líbano que se vayan de sus hogares ante la inminencia de más bombardeos.
“Si estás en un edificio que alberga armas para Hezbolá, aléjate del pueblo hasta nuevo aviso”, se lee en el mensaje en árabe, según los medios libaneses.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció un “plan de destrucción” llevado a cabo por Israel contra su país, y llamó a la ONU y a los “países influyentes” a “disuadir” al gobierno israelí de esta “agresión”, informó la agencia Afp.
Miles de libaneses huyeron de las zonas bombardeadas, informaron las autoridades.
De acuerdo con Afp, en los alrededores de Sidón, una gran ciudad del sur del país, se formaron importantes atascos por los centenares de carros llenos de familias que intentaban abandonar la zona.
Algunos ataques impactaron en zonas residenciales de ciudades del sur y del este del Valle de la Becá. Un ataque dio en una zona boscosa de Biblos, en el centro del Líbano, a más de 128 kilómetros de la frontera al norte de Beirut.
Hezbolá tiene una presencia establecida desde hace mucho tiempo en el Valle de la Becá, y es donde el grupo se fundó en 1982 con la ayuda de la Guardia Revolucionaria de Irán.
El Gobierno Libanés activó un plan nacional de emergencia para asistir a los desplazados. Además, las autoridades también están coordinando la apertura de escuelas y otros centros para alojarlos en el Monte Líbano y en las ciudades sureñas de Sidón y Tiro.
Las autoridades libanesas ordenaron el cierre de las escuelas en las zonas golpeadas por los bombardeos.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que, como había prometido, su ejército está alterando el “equilibrio de poder” en la frontera norte.
Nos enfrentamos a días complejos. Prometí que cambiaríamos el equilibrio de poder en el norte y eso es exactamente lo que estamos haciendo
”Nos enfrentamos a días complejos. Prometí que cambiaríamos el equilibrio de poder en el norte y eso es exactamente lo que estamos haciendo”, dijo Netanyahu en un mensaje grabado tras reunirse en la sede militar de Tel Aviv con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Herzl Halevi.
“Quiero aclarar la política de Israel: no esperamos una amenaza, la anticipamos. En todas partes, en cada escenario, en cualquier momento. Eliminamos a los altos funcionarios, eliminamos a los terroristas, eliminamos los misiles”, añadió Netanyahu.
En un comunicado, Hezbolá dijo que disparó decenas de cohetes contra un puesto militar israelí en Galilea. También atacó por segundo día las instalaciones de la empresa de defensa Rafael, con sede en Haifa.
El presidente Irán, Masud Pezeshkian, acusó a Israel de tratar de “ampliar” el conflicto en Medio Oriente y negó que su país desestabilice a la región. La República Islámica es aliada de Hezbolá.
“Sabemos mejor que nadie que si una guerra estallase en Medio Oriente nadie en el mundo se vería beneficiado. Es Israel el que intenta crear un conflicto más amplio”, declaró Pezeshkian en una mesa redonda con periodistas en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
Irán también advirtió el lunes a Israel de “las consecuencias peligrosas” que tendrán sus ataques en Líbano. Mientras que el movimiento islamista palestino Hamás denunció una “agresión salvaje”.
Hezbolá comenzó a disparar contra Israel un día después del ataque de Hamás del 7 de octubre en territorio israelí. Israel respondió con ataques aéreos y el conflicto se intensificó en los últimos meses.
Los combates han matado a cientos de personas en el Líbano, a decenas en Israel y han desplazado a decenas de miles en ambos lados de la frontera.
En este punto, cabe explicar cuáles son las capacidades militares de Hezbolá, milicia y partido político que es considerado organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
El poderío militar de Hezbolá (y cómo se compara con Israel)
Hezbolá, que significa “El partido de Dios”, es el aliado más poderoso de Irán en el Medio Oriente. Es una organización musulmana chiita del Líbano que tiene un brazo político y otro paramilitar.
Hezbolá, que significa “El partido de Dios”
Fue fundado por la Guardia Revolucionaria de Irán en 1982 con el objetivo de luchar contra las fuerzas israelíes que habían invadido el Líbano.
Tiene su base principal en la frontera entre Israel y el Líbano.
El líder de Hezbolá es el clérigo Sayyed Hassan Nasrallah. Él ha dicho que el grupo cuenta con 100.000 combatientes, entre soldados activos y reservistas.
Los expertos calculan que Hezbolá tiene entre 150.000 y 200.000 misiles, además de cohetes y morteros. Se cree que Irán es su principal proveedor de armas.
Cientos de esos misiles “son de gran precisión y altamente destructivos”, según el grupo de expertos Institute for National Security Studies, con sede en Tel Aviv, citados por CNN.
Para muchos expertos, Hezbolá actúa como un representante de Irán en la guerra lanzada por Israel contra Hamás.
Firas Maksad, experto en política libanesa, le dijo a BBC Mundo que Hezbolá es hoy “exponencialmente más poderosa” de lo que era en 2006, cuando se enfrentó por última vez a Israel.
“Ha ganado mucha más experiencia, luchando en la guerra de Siria y entrenando y apoyando a milicias pro-Irán en Irak y Yemén”, explicó el experto.
En el 2006, Hezbolá lanzó un ataque transfronterizo en el que mató a ocho soldados israelíes y secuestró a dos. La milicia libanesa exigió la liberación de prisioneros libaneses a cambio de los militares cautivos.
Israel respondió de forma masiva. Sus aviones de combate bombardearon bastiones de Hezbolá en el sur de Líbano y en los suburbios del sur de Beirut, mientras que Hezbolá disparó unos 4.000 cohetes contra Israel.
Más de 1.125 libaneses, la mayoría civiles, murieron durante los 34 días que duró la guerra, así como 119 soldados israelíes y 45 civiles.
En cuanto al poderío de Israel, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) calcula que tiene 340 aviones militares listos para el combate.
Entre esas naves hay F-15 con alcance de ataque de larga distancia, F-35 capaces de evadir los radares y helicópteros de ataque rápido.
Israel también posee los sistemas de defensa antiaérea Cúpula de Hierro y Hetz-Arrow.
El país tiene casi 10 millones de habitantes y 170.000 soldados activos.
'Está en juego el prestigio militar de Irán'
Opinión de Francisco Belaunde Matossian, analista internacional
Hezbolá tiene una cantidad considerable de misiles, cohetes y drones. Eso es básicamente el mayor riesgo para Israel.
Israel posee el muy eficiente sistema de defensa Cúpula de Hierro, pero si hay demasiados misiles y cohetes disparados al mismo tiempo pueden terminar saturándolo.
Entonces, si hay una guerra total, lo que van a hacer Hezbolá y las milicias aliadas de Irán es enviar una gran cantidad de proyectiles, lo que va a provocar muchos civiles israelíes muertos. Ese es el principal problema para Israel, porque militarmente está claro que Hezbolá no puede derrotar a Israel.
Ha ganado mucha más experiencia, luchando en la guerra de Siria y entrenando y apoyando a milicias pro-Irán en Irak y Yemén
Que Israel pueda eliminar totalmente a Hezbolá también es complicado. Seguramente lo intentará destruyendo buena parte del Líbano, como lo hizo en el 2006 pero al final no le sirvió de mucho.
En realidad, ni Hezbolá ni Irán quieren una guerra total en el Medio Oriente. Pero sí, aparentemente, eso es lo que desea Israel.
El gobierno de Israel, como está compuesto por extremistas, sí busca un conflicto generalizado. Además, al propio Benjamin Netanyahu le conviene aparentemente por cuestiones internas.
Sería una manera también de hacer olvidar el tema palestino. Hay un cálculo por ese lado. Además, Israel ya ha dicho que quiere que regrese la población del norte a sus casas.
En estos años el juego de Irán ha sido actuar a través de sus proxys como Hezbolá y los hutíes de Yemen. Directamente solo ha actuado contra Israel con el bombardeo calculado de hace algunos meses, procurando no causar ninguna muerte civil.
Ahora, en los próximos días podríamos ver a Irán accionando a sus proxys para que incrementen sus ataques a Israel.
También habrá que ver hasta qué punto pondrá en juego el prestigio de la Guardia Revolucionaria en esta coyuntura donde su principal aliado, Hezbolá, es atacado y posiblemente haya una invasión terrestre del Líbano. ¿En qué momento reaccionará Irán? Esa es la gran interrogante.
ROGER ZUZUNAGA RUIZ
EL COMERCIO (Perú)/ GDA