Alejandro Cáliz Conteras, conocido como ‘El Pigüa’, es un hombre que ha dedicado toda su vida a las labores del campo en fincas de Córdoba, Bolívar y Sucre, amante de las fiestas en corralejas, mundo en el cual se ‘sumergió’ y se hizo garrochero, torero y amarrador de toros.
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Desde muy joven ha recorrido con su oficio todas las plazas donde se organizan las fiestas bravas criollas, lo que le ha permitido tener amistad con los más reconocidos ganaderos, dueños de caballos de garrocha, al igual que de todas las personas que derivan su sustento de las corralejas.
En ese mundo conoció a Esteban Rafael Urueta González, cuando el ganadero sincelejano adquirió una cuadrilla de caballos para ser montados y hacer el juego de la garrocha con el toro en las fiestas de la región.
Me contó lo que le estaba sucediendo y me rogó para que lo acompañara hasta su finca, pero yo tenía un compromiso adquirido en El Difícil (Magdalena).
Ahí también conoció a Fredys Beleño, conocido como ‘El Negro’, quien se convirtió en su entrañable amigo, compañero de andanzas en las plazas de los pueblos garrochando y enlazando toros.
“A Esteban Urueta lo conozco desde hace muchos años, cuando el comenzó con la caballada a salir a las corralejas. Yo tenía un recorrido grande en esas fiestas y desde entonces se forjó una gran amistad, tanto que desde que mi mujer salió embarazada me dijo que sería el padrino de mi hija”, dice con tono entrecortado l popular ‘Pigüa’.
Así fue, Esteban Urueta la bautizó a su hija y desde entonces se consagraron como compadres.
“Él era una persona muy noble, apasionado con los caballos de garrocha, creo que la nobleza lo llevó a lo que le sucedió. Una persona muy grande, serio, correcto en todas sus cosas, mi compadre”, señala ‘El Pigüa’.
Se salvó de morir
Hoy fuera uno de esos muertos, sería la cuarta persona asesinada. Si lo hubiera acompañado a la finca probablemente caigo también, a lo mejor no, eso no se sabe, porque con cuatro personas seguramente se le hacía más difícil actuar a los asesinos
En las tantas conversaciones que sostuvo Alejandro Cáliz ‘El Pigüa’ con su compadre Esteban Urueta se enteró de la situación por la que estaba pasando el ganadero con los animales que se le estaban perdiendo de su finca.
Sin embargo, cuenta que Esteban Urueta no entró en detalles sobre el responsable del robo que se estaba registrando en una de sus propiedades en el campo.
“Me contó lo que le estaba sucediendo y me rogó para que lo acompañara hasta su finca, pero yo tenía un compromiso adquirido en El Difícil (Magdalena). Me dijo que me pagaba para que fuera con él, pero preferí cumplir con la obligación que tenía”, precisó Alejandro Cáliz.
Con gran pesar dice que ha llorado mucho por lo que pasó con sus amigos, sabe que Dios le dio una nueva oportunidad de vida, pero le duele en el alma la muerte de su compadre Esteban Urueta, de Fredys Beleño y Gerardo Marzola Coronado, con quienes compartió durante tantos años.
“Hoy fuera uno de esos muertos, sería la cuarta persona asesinada. Si lo hubiera acompañado a la finca probablemente caigo también, a lo mejor no, eso no se sabe, porque con cuatro personas seguramente se le hacía más difícil actuar a los asesinos”, expresa.
Sin embargo no deja de pensar, al ver a sus grandes amigos muertos, que hubiera podido ser una de las víctimas.
Cristian Petro era su mejor amigo
Era su mano derecha, le dio toda la confianza, era su gran amigo y mi compadre Esteban me contaba que Cristian era un tipo serio, que llevaba la finca y sus negocios bien organizados
Con relación a Cristian Petro Almanza, señalado presuntamente de darle muerte al ganadero Esteban Urueta y a sus trabajadores, Fredys Beleño y Gerardo Marzola, en compañía al parecer de Juan Fernando Soto Garcés dice que, era su mejor amigo y hombre de confianza.
“Era su mano derecha, le dio toda la confianza, era su gran amigo y mi compadre Esteban me contaba que Cristian era un tipo serio, que llevaba la finca y sus negocios bien organizados. En últimas me dijo que le estaban robando, pero no me dijo quién”, precisó.
Finalmente pidió a las autoridades que se haga justicia, que les den captura a los responsables del asesinado de las tres personas en la zona rural de Ciénaga de Oro, en la vía al municipio de Chimá (Córdoba).
La muerte del ganadero Esteban Urueta, de Fredys Beleño y Gerardo Marzona ocurrió al parecer el pasado 12 de septiembre, cuando verificaba la desaparición de 700 cabezas de ganado de su finca.
Esteban Urueta habría perdido la vida golpeada con arma contundente, mientras que Fredys Beleño y Gerardo Marzola, al parecer fueron incinerados.
Los presuntos responsables, Cristian Petro Almanza y Juan Fernando Soto Garcés están desaparecidos.
Se cumplieron las exequias
Ayer en horas de la tarde en Sincelejo se cumplieron las exequias del ganadero Esteban Urueta González, en ‘Jardines de La Esperanza’, en medio del dolor general de amigos y familiares quienes lo acompañaron.
Mientras tanto en Pueblo Nuevo (Córdoba) se llevó a cabo el sepelio de Gerardo Marzola Coronado. El cuerpo de Fredys Beleño aún no ha sido entregado a sus familiares, pero se estima que le darán cristiana sepultura en Sincelejo.
Francisco Javier Barrios
Especial para EL TIEMPO
Sincelejo