“Hoy expresamos nuestra firme determinación de continuar defendieron la Amazonia y los derechos de los pueblos indígenas, quienes vivimos y ejercemos nuestros sistemas de conocimiento, gobierno y administración del territorio. Somos los dueños ancestrales de nuestros territorios, guardianes y administradores de la biodiversidad, los bosques amazónicos y la vida del planeta. Sin nuestra participación, cualquier diálogo sobre biodiversidad y acción climática carece de fundamento.(...) Presentamos ante el mundo, el G9 de la Amazonia indígena".
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Estas fueron las palabras del presidente de la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana (Opiac), Oswaldo Muca.
Lo hizo en 'mambeadero' o conversatorio tradicional con abuelos indígenas amazónicos, y de otros pueblos del mundo, así como ante líderes de organizaciones con la cuenca del río Amazonas, como su fuerza para trabajar unidos en representación de pueblos aborígenes de Colombia, Bolivia, Ecuador, Surinam, Guyana, Guayana Francesa, Brasil, Venezuela y Perú. Ellos son el G9 por esos nueve países, bañados por el río Amazonas y por el cual vienen elevando el clamor por proteger este pulmón del mundo, cuya atmósfera se ha venido secando, como lo corroboran imágenes de la misma Nasa.
"Ante las amenazas que enfrentamos, explotación de recursos naturales, deforestación, explotación de hidrocarburos, minería, crimen organizado, variabilidad climática, invasión, expansión de la frontera agrícola y despojos de nuestros territorios, reafirmamos nuestro compromiso ancestral de ser socios estratégicos en la protección y en la conservación de la biodiversidad y la vida", dice la declaración de esta alianza.
"La crisis ambiental se cura desde los territorios que son los mejor conservados del continente. Por lo tanto, la titulación y la demarcación de nuestros territorios son un pilar fundamental en la lucha contra la crisis climática y la biodiversidad. De lo contrario, no tendremos paz con la naturaleza", dice la misiva. Al hablar de paz con la naturaleza, es el lema de la COP16 o Conferencia de las Partes, que se lleva a cabo en Cali, a partir del pasado 21 de octubre y que finalizar el próximo primero de noviembre.
"Por estas razones nos reunimos en una coalición de organizaciones indígenas de la región amazónica para la articulación e incidencia global, como potencia indígena amazónica con voz unificada para influir en las decisiones globales, para asegurar que las políticas valoren los Sistemas de Conocimiento Indígena, protejan nuestros Derechos Territoriales y coordinen con nuestros Gobiernos Indígenas”, dice la declaración. Aseguran que trabajarán en conjunto para garantizar la participación y representación de los pueblos indígenas de la Amazonia en la toma de decisiones.
"Hacemos un llamado urgente a los Estados (gobiernos de los países) para que reconozcan a los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI), garantizando su seguridad y territorios (...) fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas". Los indígenas sostuvieron que cuando los pueblos están aislados no hay biodiversidad. "¡Sin biodiversidad no hay vida!".
"Buscamos la implementación de mecanismos de financiación directa para fortalecer nuestras autoridades y gobernanzas, eliminando intermediarios que no reconocen nuestros derechos", señala la misiva.
"Instamos a la inclusión de nuestras perspectivas y conocimientos en la formulación de políticas y creación de un órgano subsidiario (...) que reconozca nuestras contribuciones al Convenio de Diversidad Biológica", enfatizaron los aborígenes amazónicos y lo hicieron desde la maloca instalada en el Centro Administrativo Municipal (CAM) de Cali, junto al parque de las Piedras, por ser parte de la Zona Verde para la participación y acceso gratuito de la ciudadanía, en la COP16.
"Finalmente, llamamos a la colaboración efectiva y a un compromiso real en la construcción de un futuro posible y sostenible. Nuestros territorios son potencia mundial en la protección de la biodiversidad y el clima. Que nuestra unión sirva de ejemplo para el cuidado de la vida en el mundo, recordando a todos que el futuro de la humanidad depende de la Amazonia y de sus pueblos indígenas".
Además de mecanismos de financiación reiteraron el llamado por la seguridad. Hubo inclusive denuncias de indígenas del Amazonas de Perú sobre 36 líderes de sus comunidades asesinados entre 2014 y 2024
Además de mecanismos de financiación reiteraron el llamado por la seguridad. Hubo inclusive denuncias de indígenas del Amazonas de Perú sobre 36 líderes de sus comunidades asesinados entre 2014 y 2024.
Esta coalición y sus consignas se dieron a conocer a la ciudadanía desde Cali, luego de que tres días antes, dentro de la misma COP16, en la Zona Azul (Centro de Eventos Valle del Pacífico), los pueblos, movimientos sociales, defensores y defensoras de la Amazonía, articuladas en el marco del Foro Social Panamazónico, entregaron a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, la declaración de los derechos de la Amazonía, que será incluida en las negociaciones de alto nivel de la COP16.
Esta declaración, “implica reconocer que la Amazonía es sujeta de derechos y que tiene derecho a existir. Esto garantiza los derechos de nosotros como seres humanos, del planeta y de toda la humanidad… Es como quitarle los pulmones a un cuerpo, eso es lo que pasa con la destrucción de la Amazonía” afirmó la presidenta de la COP y ministra de Ambiente, en ese momento.
Desde el 2018, la Corte Suprema de Justicia de Colombia reconoció a la Amazonía como sujeto de derechos y como un ecosistema vital para la evolución global, por eso, “En el Gobierno colombiano se trabajan en decisiones para reforzar la sentencia que declara a la Amazonía sujeto de derechos y se espera que después de la COP16, se dé a conocer esa normatividad”, sostuvo la ministra, ante medios de comunicación.
En los últimos 23 años, el Gobierno del Colombia redujo la deforestación en todo el país en un 36%, alcanzando una cifra histórica que demuestra que el Plan de Contención de la Deforestación que ha liderado con las comunidades, se convierte en un hecho contundente de hacer la Paz con la Naturaleza.
La maloca
Está a pocos metros de la plazoleta Jairo Varela junto a la Avenida del Río, en un extremo de lo que será el Distrito Guardianes de la Biodiversidad, ubicado en la Zona Verde.
La maloca de los pueblos amazónicos resulta atractiva entre el acostumbrado paisaje de cemento que circunda el Paseo Bolívar. Su arquitectura y material conjugan mucho mejor con la vegetación que oxigena el Parque central Río Cali. Armoniza con la naturaleza que sobrevive en el corazón de la ciudad.
La estructura de los pueblos amazónicos se encuentra en el espacio de la OPIAC), a la que pertenece Ernesto Che Mercados Jones, quien explicó, luego de que se concretara el entendimiento de los indígenas de la región amazónica: “Viven allí protegiendo los bosques, protegiendo las selvas, protegiendo los ríos. Sin ellos no existiría la Amazonía”.
Según datos de WWF señalan que los pueblos indígenas han contribuido a la conservación del 80 % de la biodiversidad del planeta, y que más de la mitad de los bosques amazónicos en Colombia son habitados por comunidades indígenas. El Gobierno Nacional, consciente de este rol de cuidado, otorgó autoridad y competencias ambientales a estos pueblos dentro de sus territorios a través del decreto Ley 1.275, firmado el pasado 15 de octubre.
Esqueleto de hierro cubierto de palma seca
Los peatones más curiosos se acercan a la maloca de los pueblos amazónicos, la rodean, se fotografían junto a ella, que en términos técnicos es un esqueleto de hierro cubierto de palma seca, con un perímetro circular de ocho metros.
Dos puertas rectangulares de madera, entrada y salida, que se miran de frente desde ambos extremos de la construcción. Adentro se experimentan la amplitud y el aire. Una ronda de banquillos de madera en el centro del suelo empedrado. Sobre ellos cae un triángulo de luz que se abre desde la única ventana, fija en la cima de la construcción, a siete metros de altura.
Un grupo de mujeres se organiza para tomar un retrato alrededor de la maloca, que pese a su sencilla infraestructura les transmite solemnidad y les llena de preguntas: “¿Qué es? ¿Una casa? ¿Un templo?”. Para los pueblos indígenas amazónicos es ambas y más; un escenario de conexión espiritual, un espacio comunal de decisión, una representación de la cosmogonía.
Laura Rico, directora de campañas de la ONG Avaaz, resaltó la importancia de la edificación de los pueblos amazónicos en el contexto de la COP16, en tanto “la maloca es el símbolo más claro y establecido del gobierno indígena amazónico en Colombia (…) puede interpretarse como una forma de decir: “Vamos a participar en esta cumbre, en este espacio, y somos autoridad, somos gobierno”.
Tras un pequeño camino divisorio, los visitantes podrán pasar del espacio de la OPIAC al de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) que, según Pacha Kanchay, indígena yanacona y coordinador nacional del consejo de sabios y sabias de la organización, congrega a 9.000 autoridades de los 115 pueblos indígenas colombianos en 5 macrorregiones.
“Las casas de pensamiento son para nosotros los lugares en donde se transmite el conocimiento. Todos los pueblos tenemos: tambo, tulpa, jaibandé, chunzuá, kankurua, maloca, ananeco, yachay wasi. Diferentes nombres para expresar ese lugar sagrado donde se hace justicia, donde se orienta administrativa, cultural, tradicional, espiritualmente. Es desde ahí donde nuestros abuelos con sus fuerzas, su claridad y su poder tradicional, orientan el pensamiento generación tras generación”.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali