A partir del 1 de julio, comprar un auto en Texas tendrá un giro inesperado para los concesionarios: las placas temporales de papel desaparecerán y serán reemplazadas por placas metálicas permanentes al momento de la compra.
La medida, impulsada para combatir el fraude, produjo preocupación entre los concesionarios, que anticipan desafíos logísticos y costos adicionales por el cambio, detalló ABC en un informe.
Rod Anderson, director financiero de Hall GMC en la localidad de Tyler, no ocultó su inquietud: "Va a costarle al concesionario dinero inicial por el que no será reembolsado".
El nuevo sistema obligará a los distribuidores a almacenar, asignar y rastrear físicamente las placas antes de entregar un vehículo, un proceso que antes se resolvía con un simple papel impreso.
"Honestamente, será mucho trabajo extra", dijo Anderson, quien incluso considera la necesidad de contratar personal adicional para llevar a cabo la nueva medida.
Aunque los clientes solo verán un aumento de US$5 en las tarifas, los concesionarios deberán invertir en almacenamiento seguro, cerraduras y placas especiales para autos de prueba, sin apoyo financiero estatal.
Desde el 1 de julio, quedarán prohibidas las placas provisorias de papel (Foto ilustrativa). Foto:iStock
Fraude: el motivo detrás de la nueva ley de Texas que cambia esto en la compra de autos
Tal como detalló ABC, la medida responde al problema creciente de la venta ilegal de placas de papel falsas. Carrie Grier, supervisora del Departamento de Concesionarios de la Oficina de Impuestos del Condado de Smith, reveló que "había gasolineras vendiendo placas fraudulentas por US$50 cada una".
"Será más fácil identificar placas falsas, porque las que recibirán los clientes serán las reales", dijo Grier al respecto. Sin embargo, advirtió que la responsabilidad ahora recae sobre los concesionarios.
En lo que respecta a las placas emitidas antes de esta modificación, las ventas realizadas hasta el 30 de junio mantendrán sus placas de papel vigentes. Pero a partir del 1 de julio, el papel quedará prohibido, marcando el inicio de un desafío para el sector automotriz texano.