PEn el sur del Magdalena, donde el sol golpea fuerte y la lucha diaria por sobrevivir ha sido la constante, la historia de Miguel Dávila, conocido cariñosamente como ‘Engalle’, es un testimonio de resistencia y superación.
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Nacido y criado en el municipio de Pijiño del Carmen, Miguel ha dedicado su vida a cultivar la tierra y a soñar con un futuro mejor para su familia.
“Me llaman ‘Engalle’ porque siempre he enfrentado las dificultades de la vida con valentía, aunque a veces parezcan imposibles de superar”, cuenta mientras observa sus manos curtidas por el trabajo diario en el campo.
Para Miguel, como para muchos campesinos de la región, la vida no ha sido fácil. Durante años, enfrentaron el abandono del Estado y la desigualdad social.
Un programa social que transforma realidades
Gobierno departamental ha devuelto la esperanza y las buenas expectativas a él y otro grupo de campesinos.
Se trata de Brigadas Agrarias, un proyecto social iniciado por el ex gobernado Carlos Caicedo y ahora continuado por el gobernador Rafael Martínez, que ha marcado un antes y un después en la vida de 1.270 campesinos del sur del Magdalena.
A través de la entrega de kits agrícolas, motobombas, mangueras, semillas y animales como cerdos y gallinas, Brigadas Agrarias ha empoderado a comunidades que antes vivían al borde de la subsistencia.
Miguel recuerda cómo todo cambió en 2020: “Antes dependíamos de lo poco que podíamos producir con nuestras manos, era muy duro. Pero con la llegada de Brigadas Agrarias, recibimos apoyo, maquinarias y capacitaciones. Ahora tenemos más tierras trabajadas y más producción. Nos han dado una nueva oportunidad”.
El impacto del programa ha sido monumental. Hoy, más de 1.720 personas están organizadas en cooperativas que han facturado más de 160 millones de pesos, con proyecciones de alcanzar los 500 millones este año.
Pero para Miguel, el verdadero logro no está en las cifras, sino en la transformación de su comunidad y del campo colombiano: “Mi sueño es ver a todos los campesinos progresar, que el campo en Colombia produzca, y que la pobreza se acabe”.
Tierras productivas que traen progreso
El programa también ha mecanizado 2.500 hectáreas de tierras, donde los campesinos ahora son los protagonistas de un cambio tangible.
Mientras descansa bajo el sol en un banco improvisado, Miguel reflexiona: “Brigadas Agrarias nos ha cambiado la vida. Ojalá este proyecto se extienda a todo el país, porque los campesinos de Colombia lo necesitan”.
En el sur del Magdalena, la tierra ya no solo representa lucha, sino también esperanza y prosperidad, gracias a iniciativas que apuestan por la dignificación del campesinado.
Roger Urieles para EL TIEMPO Santa Marta