El protagonista de esta historia adquiirió un transatlántico que encontraba amarrado en Decker Island, California, hacia el año 2008. Luego de concretar la compra lo trasladó al Rio Vista donde se dedicó a su restauración, pero ocurrió lo impensable.
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El crucero era toda una reliquia, pues fue construido en 1955 por el astillero Blohm and Voss y fue utilizado por cientos de personas para viajar de un continente a otro. Dentro de sus características se encuentran 72 metros de eslora que tenía 85 camarotes, salones, galerías, entre otros.
Chris Willson planeaba convertir este navío en un museo, pues también había aparecido en la película ‘From Russia with Love’ de James Bond. Pero restaurar un barco de 2.500 toneladas no era nada fácil: "Es casi lo mismo que rehacer 15 casas tú solo", dijo a CNN el propietario.
Luego de unos meses de reconstrucción Wilson y su pareja decidieron musarse al crusero para tener más tiempo para repararlo, luego de realizar cientos de trabajos artesanales, decidió que se llamaría Aurora, en honor a los amaneceres que veía desde el crucero.
La enbarcación se encontraba en Herman & Helen's Marina en Little Potato Slough, pero desde allí comenzaron los problemas con sus vecinos, pues pedían que el barco se fuera a otro lugar, incluso, en repetitas oportunidades llamaron a las autoridades porque temían un hundimiento.
Willson recibió una orden de desalojo de su crucero y luego evaluó el coste de sacar el barco, pero necesitaba gastar cerca de un millón de dólares en trabajos fluviales para poder completar las tareas.
Las cosas fueron de mal en peor cuando un remolcador militar se hundió junto al barco Aurora en enero, creando, un "problema de contaminación", según las versiones recogidas por CNN.
"A partir de ese momento todo cambió", explicó, revelando que "realmente no había futuro para la Aurora" en ese lugar, por lo que decidió venderlo a un comprador anónimo que nunca llegó hasta el lugar.
Apenas cinco meses después, el barco comenzó a hundirse y la Oficina del Sheriff del Condado de San Joaquín dijo: "Se ha determinado que el barco ha sufrido un agujero y está entrando agua y actualmente está derramando combustible diésel y aceite en el canal del Delta".
Posteriormente, la Guardia Costera de Estados Unidos retiró aproximadamente 21.675 galones de agua contaminada con petróleo, 3.193 galones de desechos y cinco contenedores de 25 yardas de escombros, todo del buque.
"Mantuve ese barco meticulosamente. Revisé todo varias veces al día. Estuvimos allí todo el tiempo. Simplemente me entristece como ninguna otra cosa”, finalizó Wilson.