LAS VEGAS — En lugares como San Francisco, Phoenix y Las Vegas, taxis robot sortean las calles de la Ciudad sin un conductor al volante. Algunos ni siquiera tienen volantes.
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Sin embargo, los autos a veces son guiados por una persona sentada en un centro de mando en Foster City, California, operado por Zoox, una compañía de coches autónomos propiedad de Amazon. Al igual que otros taxis robot, sus coches autónomos a veces batallan para manejarse solos, así que reciben ayuda de técnicos humanos en una habitación distante.
Durante años, las compañías evitaron mencionar la asistencia remota proporcionada a sus coches autónomos. La ilusión de autonomía total ayudó a atraer atención a su tecnología y alentar a inversionistas de capital de riesgo a invertir los miles de millones de dólares necesarios para desarrollar vehículos autónomos cada vez más eficaces.
Si un taxi robot de Zoox se topa con una zona de construcción que no ha visto antes, un técnico en el centro de mando recibirá una alerta. Entonces, usando un mouse de computadora para trazar una línea a través de su monitor de computadora, el técnico puede enviarle una nueva ruta al auto para que rodee la zona de construcción.
“No tenemos control total del vehículo”, dijo Marc Jennings, de 35 años, un técnico remoto de Zoox. “Estamos brindando orientación”.
A medida que compañías como Waymo, propiedad de Alphabet, la compañía matriz de Google, y Cruise, de General Motors, han empezado a retirar a los conductores de sus autos, ha aumentado el escrutinio de sus operaciones. Tras una serie de incidentes, han comenzado a reconocer que los autos requerían asistencia humana.
El centro de mando de Zoox alberga a unas tres docenas de personas que supervisan lo que parece ser un pequeño número de coches autónomos —dos en Foster City y varios más en Las Vegas— así como una flotilla de alrededor de 200 autos de prueba que aún tienen un conductor al volante.
Cuando reguladores ordenaron a Cruise que suspendiera las operaciones de su flotilla de alrededor de 400 taxis robot en San Francisco luego de que una mujer fue arrollada por uno, los autos fueron apoyados por alrededor de 1.5 trabajadores por vehículo, lo que incluye personal de asistencia remota. Esos trabajadores intervenían para asistir a los vehículos de la compañía cada 4 a 8 kilómetros, de acuerdo con dos personas familiarizadas con sus operaciones.
Los gastos asociados con asistencia remota son una razón por la que los taxis robot batallarán para reemplazar a las flotillas tradicionales para trasladar gente.
“Tal vez sea más barato simplemente pagarle a un chofer para que esté sentado en el auto y lo maneje”, dijo Thomas W. Malone, un profesor en el Centro para Inteligencia Colectiva del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).