¿Comenzará el periodismo a darle la espalda a las redes sociales? / Análisis del Editor Multimedia

hace 4 días 11

Las redes sociales nacieron bajo un loable objetivo: conectar a las personas en internet, habilitar espacios de socialización alrededor de gustos comunes, contenidos que la misma gente generaba, crear un ecosistema social en el incipiente y naciente ecosistema digital de internet en su momento.

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Hoy en día, las redes sociales están muy, pero muy lejos de ese ideario inicial con el que nacieron. La combinación entre la ambición comercial y tecnologías de triangulación, que analizan en tiempo real los gustos, odios, mitos, etc., de las personas, las han llevado a convertirse en máquinas de manipulación cuyo único fin es mantener a sus usuarios la mayor cantidad de tiempo conectados a sus paradigmas y sesgos.

Los medios de comunicación y el periodismo al inicio fuimos importantes y necesarios para las redes: les ayudamos a construir sus audiencias atraídas por nuestros contenidos, videos (muchos videos), nuestra materia prima y esfuerzo humano y técnico, a cambio de un espacio y tráfico desde esas redes. Un día eso cambió, dejamos de ser relevantes cuando consolidaron una preferencia de las audiencias, relegando los contenidos periodísticos y de un lapo a conceptos como la objetividad y la responsabilidad informativa, a cambio de ‘contenidos’ que llamaban más la atención de la gente: teorías de conspiración, manipulaciones políticas y polarización.

Y cuando entra en la ecuación el interés político y las ambiciones del poder, las cosas se hicieron horrorosas. Así lograron manipular a todo un país para la primera elección de Donald Trump. Tras la llegada de Elon Musk como dueño de Twitter (X) se cayeron todas las iniciativas de calidad y cuidado de las audiencias para abrirle paso a teorías de dudosa credibilidad contra migrantes, políticas transgénero, cambio climático y un apoyo frentero y sin pena a una de las campañas políticas con ataques, también de frente, contra sus rivales.

Esto terminó por abrir una esperanzadora puerta: medios que prefieren preservar el valor de su periodismo por encima del chantaje y manipulación de las redes sociales y que han decidido no publicar más su trabajo en dicha red.

The Guardian y La Vanguardia de Cataluña en España lo decidieron así. Señalan a Twitter (X) de ser una plataforma “tóxica”, dedicada a la manipulación y a incentivar el odio, de ser una “caja de resonancia de teorías de la conspiración y de la desinformación” en donde el periodismo serio y responsable desentona y se convierte en objetivo militar de quienes prefieren las verdades a medias cargadas de insultos políticos, raciales, sociales.

Un camino que es posible que otros medios tomen. Y no solo con Twitter (X). Ojalá también en Meta Facebook, Instagram. El periodismo es inherente a la cultura de las naciones, a su solidez democrática, institucional. No es un debate menor: estamos dejando en manos de gigantes digitales y sus ambiciones económicas y políticas, la tarea de informar y formar a nuestra sociedad, encima enriqueciéndose con los datos personales de millones de ciudadanos. ¿Quién puede cambiar esto?

JOSÉ CARLOS GARCÍA R.

Editor Multimedia

@JoseCarlosTecno en redes

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