De acuerdo con los resultados del 'Lideroscopio: Perspectivas para impulsar a Colombia', el 57 por ciento de las personas ve el liderazgo como una responsabilidad compartida, mientras que solo el 12 por ciento lo asocia a un rol formal.
Además la mayoría de los colombianos rechaza los liderazgos jerárquicos y verticales y menos del 6 por ciento de las personas lo relaciona con la política, pero estas percepciones suelen ser negativas.
La medición hecha en el marco de la celebración de los 15 años de Origen Red de Liderazgo convocó y movilizó a diversos actores del ecosistema del país y reunió a: la Fundación Corona, Escuela de Gobierno -Universidad de los Andes, Escuela de Gobierno - Universidad de la Sabana, Fundación Ideas para la Paz (FIP), Reframe It, TecnoQuímicas, Vélezreyes+, Comfama, Extituto, Grupo Prisa, Aspen Institute, Mamalai y Emergente.
La idea es que se explorara una visión del liderazgo con un enfoque no solo en las habilidades visibles y las realidades tangibles, sino también en aquellos elementos que son claves para liderar como: la confianza, la capacidad de acción, las narrativas y las percepciones que fortalecen el ejercicio.
Entre los resultados está que aunque el liderazgo se asocia con inspiración, confianza y esperanza, estos atributos no se vinculan con la esfera política y que el 69 por ciento de las personas concibe el poder como la posibilidad para "ponernos de acuerdo para cambiar algo".
Según los datos recolectados, los líderes del país enfrentan como
principal desafío la toma de decisiones difíciles con un 17,4 por ciento, seguido de superar inseguridades personales con el 13 por ciento y manejar el estrés con el 11,9 por ciento.
Además, los líderes deben equilibrar la vida familiar con las responsabilidades laborales en un 12, 4 por ciento y la presión del tiempo con el 7,2 por ciento.
En ese mismo sentido hay desafíos como la seguridad física con el 7,7 por ciento y saber en quién confiar con el 6,3 por ciento.
En el ámbito social y comunitario, los retos del liderazgo son aún más acentuados, pues un estudio de la Fundación Ideas para la Paz que dice que el mayor obstáculo para los líderes comunitarios
en Colombia es la generación de ingresos.
"Muchos carecen de los recursos económicos necesarios para sostener tanto sus proyectos de liderazgo como sus necesidades
personales. Esta precariedad económica afecta su independencia y estabilidad, aumentando la presión sobre ellos y afectando su bienestar general", establece.
Sobre las habilidades que se requieren están: la resiliencia, la empatía y la autogestión podrían ser herramientas cruciales para enfrentar la inestabilidad y adaptarse a condiciones adversas sin perder el enfoque en sus objetivos.
En el caso local, Colombia enfrenta altos niveles de desconfianza interpersonal e institucional, siendo una de las más bajas de la Ocde, además un 36 por ciento de los participantes considera que los líderes necesitan adaptar el sistema para responder a las demandas actuales, mientras que un 31 por ciento opta por una transformación radical.
"Esto sugiere que, aunque existe un consenso sobre la necesidad de hacer cambios, hay distintas opiniones sobre la intensidad y el alcance de dichos cambios", detalla el estudio.
En ese mismo sentido, un 12 por ciento cree que se debe mantener lo que funciona, indicando que la gran mayoría de las personas ven necesario reformar y actualizar las estructuras actuales.
"Esta inclinación hacia la transformación y adaptación revela un deseo de evolución en el liderazgo y en las instituciones del país", apunta.
El informe es enfático en que tener un liderazgo orientado al futuro deberá, además, fomentar un ambiente donde las diferencias se exploren positivamente.
"Más del 70 por ciento de los participantes prefieren que las diferencias no se repriman, sino que se valoren como una fuente de aprendizaje y crecimiento. Esto implica que los líderes
deberán poseer habilidades de inclusión y apertura, promoviendo espacios donde la diversidad de pensamientos y experiencias sea un motor para la innovación y la cohesión social", sugieren.
En el caso de Colombia, ese desafío requiere de líderes que valoren y sepan gestionar la diversidad, y que además la integren activamente en la toma de decisiones y en la construcción de soluciones.
"El liderazgo en Colombia sea en las empresas, en la política o en las instituciones debería centrarse en unir a las personas según el 31 por ciento, además debe añadir perspectivas diversas de acuerdo con el 27 por ciento y resolver conflictos conforme a lo señala el 21 por ciento", concluye.
Según los colombianos, estas prioridades muestran que el país necesita líderes que sepan construir puentes y fomentar la
colaboración, abordando las diferencias, divisiones y conflictos existentes, con una mentalidad integradora.
"Las habilidades de mediación y de inclusión de múltiples puntos de vista se perfilan como esenciales para un liderazgo que busque transformar la sociedad de manera sostenible", argumentan.
¿Qué pasa con el liderazgo político?
Según el estudio, el liderazgo político en Colombia enfrenta una crisis de confianza significativa.
En el instrumento de SenseMaker solo el 38 por ciento de los encuestados confía en que hay un líder político capaz de sacar adelante al país, y menos del 6 por ciento asocia el liderazgo con la política de manera positiva, siendo este último siendo uno de los valores más bajos registrados en el estudio.
"El 63,6 por ciento de las menciones rastreadas a través de la escucha social sobre temas políticos son negativas, reflejando frustración y desconfianza. Desde nuestra perspectiva, esto es un llamado a la acción: más que liderazgos carismáticos, se requieren líderes políticos con capacidad de resolver problemas, proponer diálogo y crear estructuras de colaboración", detalla el informe.
Además agregan que los líderes políticos emergentes, abogan por un liderazgo más cercano, horizontal y empático, que podría hacer que se devuelva el poder a la ciudadanía y fomente una participación más activa y transparente.
"La corrupción y la desconexión entre promesas y acciones son las principales barreras identificadas para la participación política efectiva en Colombia", indica.
En cuanto a los líderes empresariales, el estudio destaca que tienen la oportunidad de liderar procesos de transformación sostenible y promover la paz y los derechos humanos a través de prácticas de liderazgo participativo y empoderamiento de empleados.
"El sector empresarial tiene en su ADN características alineadas con el liderazgo es llamado a jugar un rol más protagónico para Colombia. Sin embargo, la confianza entre empresas, comunidades y autoridades es moderada, con mayores desafíos en zonas rurales y proyectos de alto impacto económico como el sector minero-energético. Es fundamental fomentar la colaboración multisectorial y fortalecer la confianza mediante una comunicación transparente y el respeto por las comunidades locales", agregan.