En el Salón del Automóvil del año pasado y durante el MCM Show que se realizó en Corferias hace apenas unos días, los accesorios relacionados con el camping y las actividades al aire libre con los carros como protagonistas son reflejo de una tendencia que cada vez toma más fuerza en Colombia: la aventura sobre ruedas.
Aunque el tráfico ha dejado de ser un problema exclusivo de las ciudades para convertirse también en parte del paisaje de las carreteras, y el hecho de que sin importar el lugar y la hora siempre parece haber una bicicleta lista para salir de donde menos se espera, buscar escapes de fin de semana (o de semanas completas cuando se puede) es una necesidad por las recompensas que puede traer.
Gracias a su topografía, Colombia ofrece todo lo que se quisiera encontrar. Desde desiertos hasta picos nevados, de interminables llanuras a impenetrables selvas, barro profundo y tierra compactada; todo eso y más en apenas horas de recorrido por carreteras que ofrecen su propia dosis de dificultad ya sea por su estado o por la complicada geografía que atraviesan.
Desde la aburrida objetividad, tener entonces en Colombia un carro con un mínimo despeje del suelo, llantas de un perfil irrisorio y una suspensión que hace la mejor impresión de no tener recorrido alguno no tendría mayor sentido y, por lo tanto, lo más adecuado sería más bien su completo opuesto. Afortunadamente, esa máquina no solo sería una decisión objetiva, sino que también puede resultar tanto o más divertida.
Pero no nos adelantemos, porque si bien al hablar de aventuras en carros lo primero que nos imaginamos seguramente sea una camioneta atravesando un barrizal, un automóvil común y corriente también puede ser lo único que se necesita.
Fernando Jaramillo, especialista en 4 × 4 y rallies, y quien lleva décadas recorriendo los caminos más recónditos del país, nos dice que dentro de ese amplio mundo de aventuras sobre ruedas hay muchas modalidades, incluyendo las de pavimento. No es sino visitar municipios cercanos a las grandes ciudades para encontrar sitios abiertos al público donde se puede acampar, hacer asados, caminatas y otras actividades.
Llegar a esos sitios no supone ningún reto pues en el peor de los casos las entradas serán cortas destapadas que en poco se diferenciarán de algunas calles de Bogotá. Un día en familia o con amigos alejados de la bulliciosa rutina será aventura más que suficiente.
Quienes quieran ir un poco más lejos, en todo el sentido de la palabra, seguramente estarán buscando ‘embarrarla’… la camioneta, porque cuando se va a entrar al mundo de la aventura off-road hay que dejar atrás el automóvil, el automóvil disfrazado de ‘camionetica’ y escalar unos cuantos centímetros más para subirse a un campero o camioneta de verdad.
Aquí entonces se cruza la puerta que da entrada al mundo del 4 × 4, donde habrá que empezar a aprender el idioma de ‘la doble’, el bajo, el diferencial, el bloqueo y a negociar con un bolsillo que sin darse cuenta se ha ido adelgazando.
Un campero o camioneta que de fábrica equipe un buen sistema de tracción total, ya sea permanente o activado manualmente (con la respectiva palanca o ‘botón’, según el modelo), va a ser suficiente para iniciarse en la aventura off-road mientras se empiezan a conocer estos sistemas, a aprender cómo funcionan, para qué sirven y cuándo usarlos.
Esto será un rito de iniciación para muchas personas pues no se trata únicamente de tener el presupuesto y tiempo para hacerlo, sino que, como dice Jaramillo, se deben tener las ganas, la disposición y entender que se están dejando de lado ciertas comodidades.
“No es algo para todo el mundo, hay que probar primero si le gusta o no: si pasó mala noche porque no supo dormir en el sleeping bag, lo picaron los bichos, se ensució… hay muchas personas que prefieren no pasar por todo eso”. Lo cual no quiere decir que sea lo único que ocurra, pero es preferible estar preparado o saber qué puede pasar, y no encontrarse con la sorpresa.
Si ya están decididos, una de las principales ventajas de que esta tendencia haya crecido es que hay grupos y clubes, como 4xTierra o Colombia Offroad que organizan salidas, y hasta escuelas especializadas en 4 × 4. Y gracias a su experiencia, la cantidad de rutas por hacer, de todo tipo de dificultades, es enorme.
Pasando a una siguiente etapa está lo que Jaramillo llama el estilo de vida de aventura, donde lo único que se sabe es la hora de salida. Ya no se trata de un escape de fin de semana o unas vacaciones planeadas, sino de salir a explorar nuevas rutas, visitar lugares desconocidos y disfrutar el carro al máximo. Aquí ya no basta un campero o camioneta cualquiera.
Overlanding es el término que se le ha dado a esa práctica de vestir la camioneta con equipo especializado para enfrentar lo que sea, como suspensiones profesionales, llantas más grandes de taco, defensas rígidas, winches, gatos hi lift, las famosas carpas de techo, exploradoras y un largo etcétera de accesorios cuya cantidad dependerá del bolsillo. La idea es poder llegar a cualquier lugar y dormir y descansar allí para hacer lo mismo al día siguiente.
Más que el bolsillo, sin embargo, aquí lo que se requerirá por encima de cualquier otra cosa es aprender a usar todos esos accesorios, tomar aún más precauciones y seguir siempre las recomendaciones de los expertos. Que sea una aventura donde solo se sepa cuándo se sale no quiere decir que no se deban tomar ciertas medidas y establecer límites de tiempo y recorrido.
Tal vez lo más importante, dice Jaramillo, es que nunca se debe hacer esto solo. Como mínimo deberían salir dos carros pues en sitios como los Llanos no se va a encontrar nada para enganchar el winche en caso de enterrarse, al tiempo que tampoco se sabe cuánto tiempo pueda pasar hasta que aparezca alguien más en esa misma ruta.
Igualmente se debe tener en cuenta que en rutas donde se va a transitar constantemente con la doble tracción y el bajo enganchado, el consumo de combustible se puede llegar incluso a duplicar. Por esto es importante conocer muy bien cuál es el consumo de su carro, qué autonomía da y cargar bidones de gasolina.
Como decimos al principio, Colombia es un país que ofrece todo lo que se puede pedir para una aventura en cuatro ruedas, desde zonas accesibles en cualquier carro para pasar un día en familia hasta los más complicados terrenos que lo hagan sentirse como en el Camel Trophy. Pero dependerá de la preparación (del carro y sus ocupantes), las expectativas y las precauciones que la aventura no se convierta en pesadilla.
¿A dónde ir?
Todo depende de lo que se busque. Por ejemplo, mientras que La Guajira ofrece playas, arena y barro, en los Llanos orientales hay desde fincas dedicadas al turismo que ofrecen acomodación o zonas para camping hasta complicadas llanuras, donde enterrarse podría considerarse el objetivo.
Más que zonas o rutas, la mejor recomendación que podríamos dar es ‘enfilarse’ en alguno de esos tantos grupos y clubes de 4 × 4 que organizan salidas para que, según sus capacidades, experiencia y conocimiento, le aconsejen por dónde empezar.
¿Cómo preparar la camioneta para ‘overlanding’?
En realidad no hay una regla o pasos que se deban seguir al pie de la letra, pero sí hay ciertos elementos básicos que deberían cumplirse. Dejando de lado el hecho de que debería contarse con vehículo que como mínimo tenga doble tracción y bajo (y ojalá bloqueos de diferencial), una suspensión profesional es elemental, y lo más importante es que sea específica para el carro. Esto garantizará que se puedan modificar todos sus parámetros de alineación y no alterar la geometría. La nueva altura respecto al suelo obligará el uso de un gato hi lift.
De la misma forma, unas llantas especiales para off-road y rines más resistentes serán un acompañamiento clave para la suspensión, al igual que un winche con capacidad suficiente para el carro. Según el carro y sus capacidades, se puede elegir el tipo de carpa ideal (de techo por ejemplo), un snorkel ayudará a tener una admisión de aire más limpia, nuevas defensas pueden ayudar a mejorar los ángulos de entrada y salida, y accesorios como palas, tablas de rescate, exploradoras y bidones son solo parte de una larga lista de cosas que se pueden escoger.
También se puede en dos ruedas
Las aventuras en moto también son muy comunes en Colombia, pues gracias a su versatilidad la cantidad de caminos y rutas por las que pueden transitar es mucho más amplia. Para estas igualmente se encuentra todo tipo de accesorios, como llantas de taco, barras de protección, suspensiones y demás, pero más importante que eso es la protección para el cuerpo.
Si en carro se recomienda no hacerlo solo, en moto debería ser regla salir siempre en grupo, teniendo en cuenta que el riesgo de una herida (porque la caída va a ser fija) será mayor. Estar acompañado puede marcar la diferencia entre ganar una anécdota para contar o una lesión por cargar.