‘Motor Car Movement’ no es un salón cualquiera. Es un ‘salpicón’ de modelos de todo tipo que tienen en común el amor que sienten sus propietarios por ellos y que expresan a través de las restauraciones y las modificaciones que les aplican a sus carrocerías, las suspensiones y, muy importante también, al sistema de sonido.
De hecho, este salón de modificados y restaurados es un hijo natural de los famosos encuentros Car Audio, reconocidos no solo a través de las famosas ‘chicas’ que los promovían, sino por las instalaciones de sonido extremas que los propietarios les incluían. “Yo manejé Car Audio durante 25 años”, relata Javier Pardo, director de ‘Motor Car Movement’. “Pero, de un día para otro, la misma industria dijo “no más” porque los famosos ‘radios’ desaparecieron para darle paso a la instalación de infoentretenimiento, que ya no requiere de reproductores de CD ni de parlantes extremos para sonar bien”.
Fue en ese momento cuando Pardo decidió visitar el salón Sema de Las Vegas (Estados Unidos), reconocido desde hace muchos años como el pináculo de los vehículos modificados en virtud de los espectaculares modelos que se exhiben allí y de figuras de la talla de Chip Foose o Ryan Friedlinghaus, que llegan a ese evento con piezas de gran factura. Personajes como ellos convirtieron este tipo de restauraciones en una nueva manera de enaltecer el legado de los diseñadores.
Ahí se me prendió el bombillo, y en el 2018 decidí ponerme en la tarea de crear un Sema en nuestro país
Javier PardoDirector de ‘Motor Car Movement’
“Ahí se me prendió el bombillo, y en el 2018 decidí ponerme en la tarea de crear un Sema en nuestro país, no solo para mostrar la cultura de los autos modificados, sino con el fin de descubrir a nuestros restauradores, que cada día se cotizan más, pero que aún no tienen el sitial que se merecen”, reconoce el directivo.
De hecho, la fama de estos artesanos criollos ya está trascendiendo fronteras, gracias -entre otros motivos- a este evento, de ahí que para esta edición haya llegado Luis Urzúa, propietario de Autoclinic, el mejor taller de restmods (apelativo que traduce ‘restaurados y modificados’) de México o que un vehículo antiguo que está siendo restaurado por un experto nacional y que se encuentra exhibido aquí, lo haya adquirido ya un entusiasta en Hawái.
Para lograr esta ambiciosa meta, Pardo y sus colaboradores realizan estrictas evaluaciones antes de aceptar un vehículo para el ‘Motor Car Movement’. A cada uno le miran el baúl, el estado general del interior, la restauración o modificación del exterior y el correcto funcionamiento de la mecánica.
El motor es el punto más complicado al momento de seleccionar los modelos que entran a nuestro evento
Javier PardoDirector de ‘Motor Car Movement’
“El motor es el punto más complicado al momento de seleccionar los modelos que entran a nuestro evento, pues donde más fallan es en la instalación eléctrica, la cual resulta siempre un reto para quienes aspiran a parquear su carro en Corferias”, comenta Pardo y reconoce que tanta perfección le ha traído problemas con los diferentes clubes, que sienten que los curadores de ‘Motor Car Movement’ son excesivamente estrictos con la escogencia de modelos.
Pero tienen que serlo, pues la organización manejada por Pardo estableció ya contacto con los directivos del Sema, con quienes se reúne anualmente para botar ideas sobre cómo seguir con este encuentro y mejorar cada día más. De hecho, al final de cada encuentro de ‘Motor Car Movement’, los jueces escogen a uno de los expositores para que asista con todo pago a Las Vegas y vea de primera mano cómo lo están haciendo los grandes restauradores en Estados Unidos y, de paso, traiga nuevas ideas para sus propias creaciones.
Otros invitados
Además de los vehículos modificados, ‘Motor Car Movement’ les da espacio a modelos que de una u otra forma hicieron parte de la historia de nuestro país, y a piezas únicas importadas por coleccionistas profesionales que las someten a estrictas restauraciones, pero respetando hasta el último tornillo lo que imaginaron sus diseñadores en los años 20, 30 o 40.
Para todos estos entusiastas, la restauración no es un alarde de dinero, sino de cultura. Es saber que el vehículo al que le están dedicando tanto esfuerzo merece ser recuperado por lo que representó para la sociedad cuando ingresó al mercado mundial o por la carga histórica inyectada por sus casas matrices para hacerlo brillar a través del tiempo.
Sedanes como el enorme Dodge Seneca de 1961, equipado con un motor 198 de 2,2 litros de 100 caballos de potencia y un interior de gran lujo y comodidad, o el pequeño Renault Dauphine de los años 60, provisto de un bloque de cuatro cilindros y 845 cm³ que le otorgan 26 unidades de potencia, están exhibidos al lado de otros de carrocerías similares y muy reconocidos por estas latitudes, como el Chevrolet Celebrity de los años 80 o el Dodge Dart Special Edition de la década de 1970. Todos con una puesta a punto impecable.
Otra porción del pabellón principal de Coferias fue reservada para los todoterrenos, en donde coinciden, por ejemplo, dos Land Rover Santana finamente restaurados, los cuales comparten honores con un Suzuki LJ de los años 80 y un raro espécimen de la compañía austríaca Steyr-Daimler-Puch llamado Haflinger, provisto de suspensión independiente en ambos ejes y un motor bóxer de dos cilindros y 643 cm³ que logra 24 caballos de potencia, el cual fue diseñado para uso militar.
En otra ala de ese mismo espacio fueron parqueados modelos extremos, como un Nissan Patrol, un Toyota Land Cruiser y un Daihatsu F10 de los años 70, dotados todos de enormes ruedas y suspensiones extravagantes que los hacen ver muy robustos y, más allá, los autos de gama alta por los que hay que pagar un dinero extra para poder verlos, y en donde se destacan un Rolls-Royce Silver Shadow de los años 70 y dos Mercedes-Benz: el 190 E 2.3-16 de 1990 y un sedán W124 500 E de los años 90.
El pabellón 4 luce una de las exhibiciones más atractivas en términos de colorido y equipamientos: la de los Mini que rodaron desde 1960 hasta el 2000 bajo la sombrilla de British Motor Corporation, es decir, mucho antes de que pasara a manos de su dueño actual. Allí comparten escenario con algunos Nissan GTR, Ford Mustang de diversas épocas, Corvettes y BMW modificados.
Espacio para todos
Este año, y por primera vez, Ford decidió participar como marca con una exhibición al aire libre, en donde pone a prueba dos pick-ups Ranger Raptor. A su lado, las motos de trial de la casa española Gas Gas hacen lo propio con pilotos experimentados que realizan piruetas frente a los visitantes. “Además de trabajar en llave con el Sema, mi sueño es convertir este encuentro en un espacio para que las marcas lancen aquí modelos acordes con nuestro perfil, es decir, autos deportivos, camperos, motos o pick-ups que puedan lucirse en nuestros pabellones”, recalca Pardo.
Solo acudieron dos eléctricos a la cita, ambos provenientes de la casa Tesla. El más llamativo es el raro y feo Cybertruck, que por su extravagancia se ajusta a la perfección al perfil de muchos de los fierros que se muestran a pocos metros de distancia, como los que pertenecen a dos artistas muy reconocidos: un VW Polo color plateado con interior blanco y rines especiales que su propietario, el cantante J. Balvin, bautizó ‘el Rayo’, y un enorme cabezote Kenworth rojo con una moto Harley-Davidson del mismo tono amarrada sobre el chasís, a la altura de los ejes traseros, de propiedad del cantante y compositor payanés de música popular Luis Alfonso.
Otra muestra muy importante es la de los vehículos populares modificados, como Chevrolet Spark, Mazda 323 o Chevrolet Sprint, que lucen en el Pabellón 3 de Corferias colores llamativos, suspensiones neumáticas y motores potentes, además de instalaciones de sonido, como las que solían promover los eventos de Car Audio y que aquí son el común denominador.
Somos un grupo de taxis amarillos y uno que otro blanco llamado Team Status Tuning, que decidimos unirnos por esta afición
Los acompañan un buen puñado de taxis, los cuales lucen modificados también, aunque siguen trabajando en las calles de Bogotá. “Somos un grupo de taxis amarillos y uno que otro blanco llamado Team Status Tuning, que decidimos unirnos por esta afición”, explicó José Bejarano, uno de los conductores presentes en el evento. Allí nos relató que se reúnen frecuentemente para compartir experiencias e intercambiar ideas alrededor del restmod, y que incluso se ponen de acuerdo para realizar obras benéficas, “como en diciembre pasado, que recolectamos y llevamos juguetes a niños de bajos recursos”.
En el segundo piso de ese mismo pabellón está el ‘Maravilloso Mundo Volkswagen’ con escarabajos que lucen modificaciones estrambóticas o restauraciones impecables y otros modelos, como el Karmann Ghia, el Variant Sportback y varios microbuses, incluido un Type I panel de 1950, el primero de la saga, el cual exhibe la pátina del tiempo con sus rayones y oxidaciones. Por lo que se ve, no pretende ser intervenido para poder mostrar con cuáles piezas salió de la fábrica de Wolfsburgo (Alemania).
El corredor Oscar Julián Leal exhibe un vehículo de carreras diseñado y preparado por él, y el piloto bogotano Jerónimo Berrío, responsable de cinco podios y tres pole positions del Campeonato de Prototipos Ligier European Series, acudió a este evento para realizar exhibiciones y demostrar por qué obtuvo tres victorias en ese mismo certamen, incluida una en la emblemática pista de Le Mans. Son la cuota deportiva junto a la exhibición de bólidos del Campeonato TC 2000.
MANUEL ANTONIO ORDUZ - JEFE DE REDACCIÓN MOTOR