Un equipo de científicos de la Fundación Champalimaud en Portugal identificaron un circuito neuronal crítico para el rechazo sexual, esto sucedió encontrando un grupo de células cerebrales relevantes para determinar si una hembra acepta o rechaza la oportunidad de tener intimidad, según su ciclo reproductivo.
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Los resultados encontrados en la investigación se profundizaron en la comprensión de cómo el cerebro regula los comportamientos sociales y reproductivos. Los expertos tienen claro que las áreas de la mente que controlan la receptividad sexual se encuentran claras, aquellas que manejan el rechazo del acto, no lo están.
El sexo es considerado para muchas personas como uno de los aspectos más importantes en una relación.
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“Las hembras presentan acciones defensivas como huir, dar patadas o boxear al macho. Queríamos entender cómo el cerebro cambia entre estos dos estados de comportamiento drásticamente diferente”, dice Susana Lima, autora principal y jefa del laboratorio de Neuroetología de la Fundación.
Uno de los elementos principales durante el estudio fue el hipotálamo ventromedial (VHM), una región del cerebro que se encarga de controlar el comportamiento social y sexual en diferentes especies, incluyendo a los humanos.
El propósito principal de los expertos era encontrar el grupo de células que trabajan durante el rechazo a la intimidad. “Es un ejemplo sorprendente de cómo el mismo estímulo (en este caso, un macho ansioso) puede provocar comportamientos completamente opuestos, dependiendo del estado interno de la hembra”, señala Nicolás Gutierrez, uno de los autores.
Los ratones fueron el sujeto principal del estudio.
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¿Cómo realizaron el estudio?
A través de algunas técnicas avanzadas como la fotometría de fibra, la cual rastrea la actividad cerebral en tiempo real midiendo los niveles de calcio, los científicos se enfocaron en las neuronas sensibles a la progesterona en ratones hembra receptivos y no receptivos durante la interacción con un macho.
Lo que les arrojó esta perspectiva de la investigación fue que las células que habitan en el VMH anterior se volvieron más activas en las roedoras no receptivas, reaccionando con impulsos como patadas para defenderse, pero en cambio en las receptivas fueron mucho menos visibles.
"Parece que las neuronas sensibles a la progesterona en el hemisferio ventral anterior actúan como guardianes del rechazo sexual. Cuando una hembra está fuera de su ventana fértil, estas neuronas se vuelven muy activas, lo que provoca el rechazo. Pero durante la fertilidad, su actividad disminuye, lo que permite que se produzca el apareamiento", afirma Basma Husain, coautora principal del estudio.
A través de diferentes técnicas los expertos lograron determinar el origen del rechazo sexual en el cerebro.
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De esta manera llegaron a la conclusión de que aquellas neuronas que habitan el VMH anterior son las principales encargadas de manejar el rechazo sexual. Sin embargo, aquellas células que se activan como respuesta de excitación durante la interacción con un macho también son necesarias para el proceso de negación a la intimidad.
"El VMH existe en los seres humanos y probablemente desempeña funciones similares. Estudios recientes en modelos de ratón han demostrado que el VMH cambia en condiciones patológicas como el síndrome de ovario poliquístico”, afirma Lima.
ERIKA LUCIA IBAÑEZ GARCIA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO