Hace doce años hablar del cuidado y embellecimiento de las cejas era un tema que podría no ser prioritario como el del cuidado del cabello o las uñas, sin embargo, Catalina Jaramillo, una administradora de empresas nacida en Medellín, vio en él un potencial que la hizo incursionar en lo que ella denominó un ‘hobbie’.
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Era el 2008, ella estaba en Brasil acompañando a su esposo quien se estaba especializando en ese momento, buscaba quién le hiciera sus cejas en este país con la técnica de hilo y al no encontrar quién se las hiciera, ella decidió hacérselas ella misma y así comenzó lo que hoy es todo un imperio del cuidado y belleza de las cejas.
“Para mí las cejas son el marco de la marca, las que nos muestra la expresión entonces para mí era fundamental hacerlas en un lugar muy bueno o con la técnica muy bien hechas; en Brasil no existía el método con hilo y para mí era el método ideal porque me dejaba la piel súper, más luminosa como tipo efecto porcelana y dura mucho entonces al no haber allá quién me la hiciera vi una oportunidad y en esa oportunidad yo dije voy a hacerlas y allá posicioné el servicio como un método depilación con hilo hindú”, dijo Catalina.
Una vez aprendida la técnica, optó por especializarse en esto, estudió colorimetría, diseño de cejas y no solo mejoró el método sino que comenzó a darse cuenta que el cuidado era fundamental.
“Yo hacía una transformación en la ceja de la persona, llegaba prácticamente sin pelo y parecía que le hubiera puesto cejas, se veían muy abundantes y adicional a esto, aprendí algo allá que no se hacía en Colombia y era darle color y volumen a la ceja”, relata Catalina.
Catalina estuvo cinco años trabajando a domicilio y luego en diferentes salones de belleza de Porto Alegre, Brasil, pero cuando regresó a Colombia su intención no era seguir dedicándose a las cejas, pero sus mismas amigas le hacían fila en su propia casa para que se las hicieran.
“Ese hobbie comenzó un voz a voz en Medellín, mis amigas me pedían que me llevara el hilo a cualquier café que íbamos a tomar, luego iban a mi casa a hacer fila y en el comedor de mi casa se las hacía. Ahí me di cuenta de la necesidad que había en Colombia y cómo las cejas podían transformar la mirada y el autoestima de una mujer”, dice Catalina.
Sus clientas le pedían consejos para cuidar las cejas y hacerlas crecer, Catalina vio en eso una oportunidad de negocio y no solo les arreglaba las cejas sino que desarrolló su primer producto del cuidado de cejas, gota mágica, en compañía de su esposo, quien es médico y con quien hoy tienen otra línea de negocio, CJ medical.
Así comenzó Catalina Jaramillo, haciendo domicilios, haciendo cejas en los cafés que se encontraba con las amigas y hasta en el comedor de su casa, pero siempre con el mismo propósito, “cuidar y recuperar las cejas de nuestras clientas, nos enfocamos en darle vitalidad al folículo y el realce natural”, dice.
Pero fue solo hasta el 2015 cuando Catalina abrió su primera sede, le decían la doctora cejas, recuerda con risas, era pequeño, pero tenía en mente que debía ser especializado. “Yo no quiero algo sencillo, yo quiero un imperio de cejas donde las personas vayan, no solo a arreglarse las cejas sino a cuidarlas, al igual que las personas que trabajan conmigo, muchas comenzaron en la recepción y les he enseñado la técnica a cada una de ellas y ahora tenemos una escuela interna especializadas por mí”, explica Jaramillo.
Sus colaboradoras son en su mayoría madres cabeza de familia a las que ella misma instruye con la técnica. “Es un arte que no se lo va a arrebatar nadie, esto es uno de mis mayores logros, ver cómo crecen, poder darlas a ella esa transformación de vida”, dice.
Después de su segunda sede de Medellín, abrió las puertas de Bogotá, esta fue la catapulta para Cejas Catalina Jaramillo. “Todo el mundo empezó a saber de nosotros y me di cuenta que estaba cumpliendo un sueño, hacerle las cejas a todos los famosos y me dije a mí misma que sí se puede, porque emprender no es fácil pero hay que tener mucha perseverancia, amor, pasión y disciplina, todo lo que tenemos en la cabeza se puede materializar pero trabajando”, explica Catalina.
Hoy tiene 18 sedes en las principales ciudades y una sede en Miami que abrió justo después de la pandemia, contando la más reciente que abrió en el centro comercial El Tesoro que es la primera que combina el servicio de CJ Medical y Cejas Catalina Jaramillo. “Esta última sede es como mi sueño hecho realidad de verme en uno de sus principales centros comerciales de la ciudad donde uno vive”.
Al día, en promedio, entran 100 pacientes a cada sede y cuenta con más de 150 colaboradores entre especialistas, equipo administrativo, médico y creativo.
MARÍA ALEJANDRA RODRÍGUEZ CASTELLANOS
Subeditora Medellín