Buscan alargar la vida con innovadora píldora: ¿de qué se trata?

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En marzo, Robert Berger, de 69 años, comenzó a tomar una pequeña dosis de rapamicina una vez a la semana para tratar de aumentar su “esperanza de salud” —la cantidad de tiempo que podría vivir sin enfermedades graves.

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La rapamicina se da a pacientes trasplantados de órganos para inhibir su sistema inmunológico. Pero algunos científicos y buscadores de longevidad como Berger creen que puede retardar el envejecimiento y las enfermedades vinculadas con la edad.

Berger, que vive en Saratoga, California, dijo que no ha experimentado ningún tipo de cambio tipo “Dios mío, soy una persona diferente” desde que lo toma, aunque su dentista comentó que sus encías parecían más sanas que hace mucho tiempo y siente tener más energía ahora. Pero “es realmente difícil saber”, admitió. “¿Cuánto es efecto placebo?”.

En podcasts y en las redes sociales, la rapamicina es aclamada como el “patrón oro” para prolongar la vida. Peter Attia y Bryan Johnson, influencers en materia de longevidad con millones de seguidores, lo creen y dicen que han tomado rapamicina durante años. Pregonan investigación que muestra que el fármaco puede prolongar la vida de ratones más de un 20 por ciento.

No hay datos sobre cuántas personas usan rapamicina con fines antienvejecimiento, ya que el medicamento es tomado de manera no indicada o se compra a proveedores extranjeros. Como Berger, algunos otros usuarios entrevistados dijeron creer que la rapamicina les había proporcionado beneficios leves, como ayudarlos a perder peso, aliviar dolores o incluso hacer que les volviera a crecer el cabello oscuro después de tener canas. Pero la investigación en humanos es escasa y los efectos secundarios a largo plazo son inciertos.

Los científicos descubrieron el potencial de la rapamicina —también llamada sirolimus o Rapamune— para mejorar la longevidad en el 2006, cuando un estudio demostró que podía extender la vida de la levadura. El entusiasmo aumentó tres años más tarde, cuando otros investigadores descubrieron que los ratones que recibieron el fármaco vivieron aproximadamente 12 por ciento más tiempo.

Después vinieron estudios con gusanos, moscas y más ratones —y casi todos demostraron que la rapamicina prolongaba la vida. “Demostrar que podías obtener el mismo efecto entre una amplia distancia evolutiva —levaduras, gusanos, moscas de la fruta, ratones— realmente hizo que la gente creyera que esto era algo importante y fundamental”, dijo Matthew Kaeberlein, quien publicó el primer estudio sobre rapamicina en levadura mientras era investigador en la Universidad de Washington.

Los científicos creen que la rapamicina incrementa la esperanza de vida al inhibir el complejo mTOR, una vía biológica involucrada en muchos aspectos de la salud celular. Suprimir el mTOR desencadena una cadena de eventos, alterando varios procesos clave de maneras que parecen ser beneficiosas para la supervivencia a largo plazo. Parece disminuir la inflamación y aumentar la autofagia, un proceso celular de eliminación de basura.

Algunos expertos piensan que la rapamicina puede retardar el proceso de envejecimiento; otros creen que puede retrasar o incluso prevenir la aparición de enfermedades mortales relacionadas con la edad. La inflamación está relacionada con la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, y los dolores generales, por lo que se cree que reducirla es ampliamente beneficioso. Y aumentar la autofagia puede ayudar a eliminar las proteínas tóxicas que comienzan a acumularse con la edad —como el amiloide y la tau, que se cree causan el mal de Alzheimer.

Los expertos dijeron que no sorprende que haya pocos beneficios inmediatos de tomar rapamicina, y agregaron que eso no necesariamente significa que el medicamento no esté funcionando. En animales más viejos, la rapamicina parece “prevenir y preservar cosas” en lugar de rejuvenecerlas, dijo Adam Salmon, profesor de medicina molecular en UT Health San Antonio.

Hasta ahora, náuseas y úlceras en la boca han sido los efectos secundarios más comunes. Una preocupación mayor, dado que el medicamento se usa para prevenir el rechazo de trasplantes de órganos, es que debilitará el sistema inmunológico de las personas, aumentando el riesgo de infección y enfermedad.

Los pacientes trasplantados toman una dosis más alta que quienes lo toman para no envejecer, y hasta ahora no ha habido indicios serios de supresión inmunológica en los estudios de longevidad. Pero es posible que una dosis baja aún pueda causar que las personas contraigan más infecciones, o infecciones más graves, dijo Andrew Dillin, profesor de biología molecular y celular en la Universidad de California, en Berkeley.

“¿Tomar algo que es riesgoso y que no tendrá ningún beneficio?”, dijo. “Yo paso”.

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