Buceadora es succionada al fondo del mar en un impactante momento

hace 3 semanas 8

Una de las actividades deportivas que muchos suelen practicar es el buceo, pues pueden explorar el fondo del mar y tener una experiencia cercana con las criaturas de los océanos.

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Jill Heinerth es una buceadora canadiense de 60 años, quien hace unos días contó una experiencia que vivió en una de sus aventuras buceando y que asegura, que casi le cuesta la vida.

Heinerth aseguró que se encontraba explorando aguas de la Antártida cuando fue succionada por un impresionante iceberg que se encontraba cerca de las cuevas sumergidas que quería visitar. 

La buceadora menciona que fueron casi tres horas en las que tuvo que luchar por su vida, junto a su esposo Paul Heinerth y el fallecido camarógrafo Wes Skiles.

Durante la expedición enfrentaron feroces corrientes y temperaturas heladas en esa inmersión en la que trataban de interceptar un iceberg que para ellos, se trataba de uno gigantesco, más grande registrado en la historia, contó para la revista People.

Por lo que dio a conocer, el equipo se había sumergido en la estructura helada para “interceptar el iceberg más grande registrado en la historia”, pero su viaje fue casi fatal.

Las dos primeras inmersiones resultaron para la buceadora unas señales de alerta, sin embargo, no se detuvieron, pero siempre tuvo esa alerta de que algo no estaba bien. 

“En el fondo del mar había todos estos organismos filtradores de colores amarillos, rojos y cálidos que creaban una especie de alfombra peluda de vida. Debería haber prestado atención inmediatamente porque la corriente era fuerte y llevaba alimento a los animales que estaban anclados firmemente en el fondo del mar. Y eso debería haber sido uno de esos momentos en los que me di cuenta de que todo estaba anclado allí porque era necesario”, aseguró Heinerth.

En la última inmersión fue que se dieron cuenta de que la situación era grave, ya que experimentaron una corriente tan intensa que Heinerth le pidió a Skiles que soltara la cámara que llevaba porque por el gran esfuerzo que estaba haciendo era posible que se desmayara.

“Cada vez que trabajas muy duro con el rebreather, (un aparato de buceo que, según  el portal 'Buceo racional' sirve para bucear autónomamente y reutiliza el aire o gas exhalado por el buceador, para poder ser respirado de nuevo, una y otra vez) en realidad estás poniendo a prueba los límites de lo que es capaz de hacer. Si no es capaz de procesar la cantidad de dióxido de carbono que estás expulsando, entonces podés desmayarte”. puntualizó.

La buceadora tuvo que dirigir a su equipo de apoyo hacia un lugar seguro y optó por usar los pequeños agujeros del iceberg como puntos de apoyo para sostenerse y avanzar hacia la superficie.

A pesar de la intensa experiencia, el equipo logró salir a flote a pesar de que la cueva casi logra retenerlos.

LUZ ANGELA DOMÍNGUEZ CORAL

Redacción Alcance Digital

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