El futuro del transporte en Estados Unidos ya está en marcha. Amtrak acaba de presentar su nueva flota de trenes Airo, una apuesta moderna y ambiciosa que promete transformar la forma en que se viaja por las vías del país.
Según el portal especializado Railway Supply, se están construyendo actualmente 83 unidades en las instalaciones de Siemens en Sacramento. Los trenes estarán destinados a 15 rutas del este y el noroeste del país, con pruebas que comenzarán muy pronto.
Este proyecto forma parte de un plan a largo plazo: duplicar la cantidad de viajeros para 2040. Amtrak quiere que más personas elijan el tren como una alternativa eficiente y ecológica frente al avión, lo que impulsa una nueva era del transporte en el país.
¿Por qué Amtrak quiere revolucionar el transporte en Estados Unidos?
El año pasado, la empresa alcanzó una marca histórica: más de 32,8 millones de personas eligieron sus trenes, superando ampliamente a los 28'000.000 del año anterior. Con ese impulso, la compañía ahora se propone una meta ambiciosa: llegar a 66'000.000 de pasajeros anuales para 2040.
Más que una cuestión de números, expertos señalan que este crecimiento podría traducirse en tarifas más accesibles, más rutas activas y menos dependencia de medios de transporte contaminantes.
En tanto, ciertos especialistas advierten que esto podría encarecer los boletos y dejar sin servicio a zonas menos rentables.
¿Cómo se verán los nuevos trenes que recorrerán Estados Unidos?
Amtrak mostró cómo serán por dentro sus trenes Airo, y todo apunta a una experiencia de viaje mucho más cómoda y moderna. Los interiores fueron completamente renovados, dejando atrás los modelos antiguos.
Los nuevos asientos tienen apoyacabezas ajustables, más espacio para las piernas, bandejas resistentes y portavasos. Las ventanas panorámicas son más grandes, ideales para disfrutar el paisaje. Además, cada vagón tiene un color según la clase y los asientos están numerados para facilitar el abordaje.
Por su parte, se mejoró la accesibilidad con baños amplios, pasillos adaptados y un sistema de cafetería de autoservicio. Los trenes alcanzan hasta 200 km/h y reducen las emisiones de diésel en un 90 por ciento.