Así fue desmantelada red de fraude financiero en Barranquilla : utilizaban huellas digitales impresas para suplantar identidades de las víctimas

hace 1 semana 25

En un operativo de alto impacto, la Policía Metropolitana de Barranquilla logró desarticular a ‘Los Datalocos II’, un grupo delincuencial que empleaba tecnología de punta para suplantar personas mediante la falsificación de cédulas y huellas digitales. 

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Esta banda, especializada en fraudes financieros, usaba datos y biometría falsificada para realizar millonarias transacciones en nombre de sus víctimas, afectando principalmente a usuarios de entidades bancarias de la región.

La Operación Caribe, ejecutada en colaboración con la Fiscalía, permitió la captura de cuatro personas involucradas en este esquema de robo cibernético y financiero. 

Las autoridades realizaron tres allanamientos en los barrios Ciudadela 20 de Julio y Alameda del Río en Barranquilla, y Villa Linda en Soledad, donde se incautaron importantes elementos de prueba, entre ellos una máquina de alta tecnología utilizada para imprimir huellas dactilares en moldes de látex, que luego eran usadas en transacciones fraudulentas.

Tecnología al servicio del crimen

La investigación reveló que ‘Los Datalocos II’ habían desarrollado un sofisticado sistema de suplantación que les permitía acceder a datos personales de usuarios de entidades financieras. Mediante el uso de tecnología de “web services” y acceso no autorizado a redes interconectadas de información, lograban obtener huellas digitales de sus víctimas.

 Esta información era esencial para completar el proceso de fraude, ya que con ella fabricaban falsificaciones altamente precisas de las huellas dactilares y cédulas de ciudadanía.

Los delincuentes utilizaban una máquina especializada para imprimir huellas en moldes de acrílico, que luego eran transformadas en huellas de látex. 

Estas impresiones, adheridas a los dedos de los suplantadores, les permitían realizar transacciones en bancos como si fueran las víctimas. Este procedimiento, que incluía el uso de cédulas falsificadas, les aseguraba el acceso a créditos y transferencias millonarias.

Una red bien organizada y liderada por una experta

Al frente de esta operación estaba alias ‘La Negra’, señalada como la líder de la organización y quien, de acuerdo con las autoridades, tenía una amplia experiencia en el sector bancario. 

Su conocimiento de los protocolos de seguridad de las entidades financieras era clave para vulnerar los sistemas de protección y facilitar el fraude. Además, se supo que ‘La Negra’ mantenía registros detallados sobre cómo contactar y engañar a sus víctimas, haciéndose pasar por asesora de bancos para obtener información sensible.

Alias ‘Aspirina’, otro de los capturados, era el encargado de obtener datos de los clientes mediante programas informáticos avanzados, conocidos como robots, que rastreaban la información financiera de los usuarios. Además, ‘Aspirina’ reclutaba a personas que “prestaban” sus cuentas bancarias para recibir el dinero robado, ofreciéndoles un porcentaje de los fondos obtenidos de forma ilícita.

Entre los capturados también se encuentra alias ‘Jair’, conocido en la organización como uno de los “bodegueros”, término utilizado para referirse a aquellos que prestaban sus cuentas bancarias para recibir los dineros producto del fraude. Estas cuentas eran esenciales para disfrazar la ruta del dinero y evitar que las transacciones fueran rastreadas por las autoridades.

Por último, la operación también capturó a alias ‘Jota’, un ingeniero electrónico que operaba desde un apartamento en Alameda del Río, el cual había sido convertido en un centro de operaciones. Este espacio estaba equipado con tecnología avanzada para contactar a las víctimas y obtener información adicional.

 El lugar contaba con una máquina especializada en la creación de moldes de huellas y falsificación de documentos. Alias ‘Jota’ también había instalado una puerta de seguridad de acceso restringido, lo que evidencia el nivel de precaución y sofisticación de la organización.

 Incautaciones y cargos judiciales

Durante los allanamientos, las autoridades confiscaron 118 tarjetas SIM, 15 cuadernos con bases de datos bancarias y telefónicas, un computador de mesa, tres portátiles, ocho celulares, 27 tarjetas de débito y crédito, un datáfono y seis moldes de huellas dactilares. 

Estos elementos proporcionan pruebas contundentes de la operación ilícita y permiten reconstruir cómo la red llevaba a cabo cada paso del fraude.

Los detenidos enfrentan cargos por concierto para delinquir, hurto calificado y agravado, y violación de datos personales. Este desmantelamiento ha sido calificado por la Policía Metropolitana como un golpe significativo en la lucha contra los delitos cibernéticos en la región.

LEONARDO HERRERA DELGANS- Periodista EL TIEMPO-  leoher@eltiempo.com

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