Las cuatro comisiones económicas firmaron el acta de defunción de la ley de financiamiento -o reforma tributaria- en la jornada de este miércoles. La propuesta no contaba con un buen ambiente y así se sintió durante toda la sesión. Desde la previa se vio el debate como un funeral a un proyecto que desde octubre no contaba con los votos suficientes para aprobarse. Ya lo había dicho el senador Efraín Cepeda, presidente del Congreso, y eso lo hizo blanco de los ataques del presidente Gustavo Petro.
El panorama adverso a la reforma se sintió desde el comienzo de la sesión. Había dos ponencias de archivo, ambas del Centro Democrático, y una sola favorable a la propuesta y con solo siete de cuarenta firmas de los ponentes. Ya era un mal síntoma que el gobierno Petro trató de revertir reduciendo las expectativas frente al monto a conseguir. Se pasó de 12 billones a 11,5 y al final incluso se puso sobre la mesa la posibilidad de que fueran 10. Aún así, no hizo mayor diferencia ante el resultado final.
El senador Miguel Uribe y el representante Christian Garcés fueron los encargados de exponer las ponencias que radicaron por separado en rechazo a la reforma tributaria. Hubo debate de cómo se iba a hacer, si se discutirían y votarían ambas propuestas de archivo por separado o si solo se discutiría la primera que fue radicada, la de Uribe. Congresistas recordaron que no podía haber una “proposición sustitutiva de una sustitutiva”, queriendo decir que no tenía sentido que se votaran las ponencias por separado cuando apuntaban a los mismo.
En ese sentido, las comisiones económicas se iban a decantar por solo escuchar al senador Uribe, pero Garcés se negó, haciendo énfasis en que también él había hecho un importante esfuerzo en presentar un texto propio. Se llegó a una fórmula media, ambos expondrían, pero solo se votaría una ponencia de archivo.
Lo cierto es que la exposición fue muy similar. Ambos señalaron como inconveniente la propuesta de Gobierno y aseveraron que afectaba aún más una economía que ha demostrado no pasar por sus mejores momentos.
Comenzó Uribe, que dijo que "La ley de financiamiento no es conveniente, está diseñada para desincentivar la formalización empresarial, elevar la carga tributaria sobre las personas naturales, erosionar inversión y el ahorro”. El precandidato presidencial aseveró que se encarecería la vida de los colombianos. En esa misma línea, habló de que la situación económica del país se debe en parte a la tributaria de 2022, cuando José Antonio Ocampo era ministro de Hacienda.
Por su parte Garcés hizo énfasis en que no iba a apoyar un proyecto que busca, a su consideración, acabar con el sector minero-energético. Alertó que los impuestos a las pequeñas y medianas empresas que se quitarían no compensan las nuevas cargas tributarias que trae la propuesta creada por el ahora exministro Ricardo Bonilla
Luego de los ponentes se le dio paso al nuevo ministro de Hacienda, Diego Guevara. Este hizo énfasis en que es "una ley mucho más pequeña que en gobiernos anteriores". En esa línea Indicó que el proyecto no implicaba ningún impacto para las clases bajas y medias, sino que la mayor carga impositiva recaería en los grandes capitales. “No es esa ley de financiamiento de Carrasquilla, es una ley progresiva. Las reformas tributarias no son solo para tapar huecos fiscales sino para redistribuir”, dijo Guevara. Que indicó que el proyecto buscaba dejar una serie de equilibrios fiscales.
La intervención del ministro fue seguida por un breve debate, en el que ya se evidenciaba que el gobierno la iba a tener difícil. Fueron más las voces que decían que debía archivarse la propuesta que seguir su discusión. Incluso en el gobierno se evidenciaba una cierta resignación, notoria en la gestión de los ministros en el recinto.
El único que siempre estuvo presente en la sesión fue el recién llegado Guevara, que incluso pasó curul por curul para hablar con los congresistas. En cambio, Alexander López, director del DNP, llegó cuando el debate ya estaba avanzado y Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, se salió en varias ocasiones para atender la discusión de Comisión Primera de Cámara sobre el proyecto que busca prorrogar por 8 años los municipios PDET, una propuesta que es afín a la misión que le encomendó el presidente Petro pero que apenas iba en primer debate y no corría mayores riesgos.
Después de las distintas intervenciones, se pasó a votar, aunque se pidió aclarar cómo iba a funcionar la votación. La secretaria de la Comisión Tercera de Cámara confirmó que para acogerse el archivo debía ser votado de igual manera por las cuatro comisiones económicas. Si tan solo alguna lo rechazaba, se seguía con la ponencia positiva, presentada por afines al Ejecutivo.
Para ese momento se sabía que el proyecto no iba a pasar, pero aún había esperanzas de que se permitiera exponer el texto favorable a la propuesta. Lo que se creía es que las comisiones de Senado le dirían el sí al archivo y las de Cámara se opondría, sobre todo la Tercera, que ha sido más favorable al gobierno Petro, como ya ocurrió en la fallida ley de presupuesto. Eso haría que los ponentes presentaran la ponencia positiva, que se presumía iba a ser negada por una de las cuatro comisiones. Se presumía la derrota, pero no se pensaba que iba a ser tan categórica.
La votación
El primer turno lo tuvo la Comisión Tercera de Senado. Allí hubo 8 votos a favor de la ponencia de archivo y 7 en contra. Llamó la atención de que en este último grupo estuvo el senador Efraín Cepeda, que luego acusó su decisión a una confusión producto de no estar pendiente pues había regresado del baño al momento de emitir su decisión. Le tocó a la Comisión Cuarta de Senado, que tuvo un resultado calcado, 8-7.
Eran dos comisiones en contra de la propuesta, pero solo se necesitaba una que rechazara el archivo para seguir en la discusión. En Cámara se presumía que la tercera iba a votar a favor de la propuesta del Ejecutivo, pero esta fue dejada de últimas, lo que habría condicionado su voto, como señalaron varios representantes que hablaron con este diario. Esto pues la Comisión Cuarta también acogió el pedido de hundir el proyecto, por lo que habría obligado a que la última votación se inclinara a lo que la mayoría ya había expuesto en las tres rondas anteriores.
La Comisión Tercera de Cámara tuvo el resultado más apretado de todos. Comenzó un voto por el sí al archivo y luego un voto por el no, así se fue desarrollando la votación hasta casi el final cuando dos representantes tuvieron una postura en contra de la iniciativa. Esto terminó decantando el resultado de forma contraria a los deseos del gobierno Petro. La mesa directiva intentó recolectar votos de los faltantes y hasta confirmó dos veces las posturas de algunas, pero el resultado era contundente: las cuatro comisiones económicas votaron el archivo a la segunda reforma tributaria del gobierno Petro.
De inmediato celebraron los congresistas de oposición, sobre todo los de Cambio Radical y Centro Democrático. La alegría de estos quedó pausada momentáneamente cuando el senador Efraín Cepeda pidió reabrir la votación para cambiar su decisión. Fue en este punto que se excusó en que había ido al baño y que por eso había dicho no a la ponencia de archivo. Su cambio de voto no cambiaba el sentido de la decisión, pero sí quedaba en los registros que había apoyado con su voto la supervivencia del proyecto del Ejecutivo.
La mesa directiva iba a aceptar la reapertura de la votación, pero con la condición de que eso mismo debía ocurrir en las otras tres células legislativas. Esto quería decir que nuevamente se iba votar comisión por comisión, lo que permitiría al Ejecutivo tratar de cambiar el sentido de los votos. El líder conservador se dio cuenta del riesgo y al final prefirió dejar una constancia de que se había equivocado y que de ninguna manera estaba de acuerdo con la iniciativa gobiernista.
Esto confirmó lo evidente, el gobierno de Gustavo Petro tuvo un duro revés, posiblemente el más duro en sus dos años. Fueron cuatro comisiones las que al mismo tiempo le negaron su ley de financiamiento. El disgusto se hizo sentir a la salida, cuando los ministros hablaron con la prensa.
"Esto no es un voto en contra del Gobierno Petro, es un voto en contra de las regiones, es un voto en contra de la inversión”, dijo el ministro Guevara, que estrenó en el cargo con una contundente derrota. Incluso, fue notorio que este no quería hablar del tema y le iba a ceder la vocería a Alexander López, pero la prensa se dirigió en distintas ocasiones a este para impedir que guardara silencio.
López, director del DNP, se despachó tanto en la sesión como a la salida. Fue uno de los más duro críticos a la decisión del Congreso. “Con esto afectan los subsidios de servicios públicos de los estratos 1, 2 y 3, con esto afectan los subsidios de vivienda para las familias más pobres. La decisión que tomó la oposición es golpear al pueblo colombiano por tratar de golpear a Petro”, dijo.
Mientras que los funcionarios asumían la derrota de mala manera y hasta advertían del recorte de recursos que se avecinaba, los de oposición aprovecharon los micrófonos para cobrar su victoria. Miguel Uribe, Meissel Vergara y otros fueron los encargados de apropiarse del resultado de este miércoles.
JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO
Redacción política