Las difíciles condiciones que aún presenta la economía colombiana, entre estas, las altas tasas de interés, pese a que estas han disminuido; la elevada carga financiera de los hogares y la proximidad de la temporada de fin de año, tienen a miles de deudores morosos colombianos buscando la mejor manera de ponerse al día con sus obligaciones atrasadas, lo cual ha hecho que los indicadores de morosidad, que aún se encuentran altos (5,08 por ciento), hayan dejado de crecer, como lo venían haciendo hasta mediados del presente año, sobre todo, en el segmento de consumo, que incluye a las tarjetas de crédito, entre otros.
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Solo el saldo en mora de la cartera de consumo mayor a 30 días se redujo en cerca de 1,2 billones de pesos en el último año terminado en septiembre, lo que llevó su indicador de calidad del 7,78 al 7,61 por ciento, que si bien sigue siendo uno de los más altos de los últimos años, lo que evidencia es que su crecimiento se ha detenido, según lo muestra el más reciente informe de la Superintendencia Financiera.
Estadísticas oficiales muestran que al cierre de septiembre pasado el saldo total de la cartera morosa de a banca, superior a los 30 días, superaba los 35,2 billones de pesos, pese a la reducción que se ha dado en los últimos meses. De ese monto, cercas de 15,3 billones son solo de consumo (43,2 por ciento), unos 13,8 billones es cartera en mora de empresas (39 por ciento), 4,4 billones son deudas atrasadas en vivienda (12,7 por ciento ) y 1,9 billones pertenece a microempresas (5,3 por ciento), según la Superfinanciera.
No son las únicas cifras que comienzan a evidenciar una mejora que los colombianos están buscando alternativas para saldar esas deudas vencidas con sus entidades financieras y comercios. Un análisis de la central de información financiera TransUnion advierte que la morosidad de los préstamos originados en reciente oportunidad viene cayendo.
En su Informe, Tendencias de la Industria del Crédito de TransUnion del tercer trimestre de 2024, indica que el 4,3 por ciento de todos créditos originados en el primer trimestre de 2024 estaban en mora de 60 días o más después de cinco meses de originados, en comparación con el 5,3 por ciento de los originados en el primer trimestre de 2023.
Para las tarjetas de crédito ese indicador pasó en el mismo periodo del 4 al 2,3 por ciento; en los préstamos de libre inversión, del 8,7 al el 7,4 por ciento.
En la recuperación del crédito también se están dando otras señales importantes, como la disminución de la carga financiera de los hogares colombianos, que n es otra cosa distinta que el porcentaje de los ingresos que estas destinan para pagar sus obligaciones.
Según TransUnion, dicho indicador que en agosto del 2023 estaba en 37,5 por ciento bajó un año después al 36,5 por ciento, lo que indica que los consumidores están comenzando a manejar sus niveles de deuda después de un largo período de estrés. Sin embargo, la carga financiera de los consumidores se mantiene alta en relación con los niveles de agosto de 2022 y agosto de 2021, del 34 y 32,1por ciento, lo cual sigue representando retos tanto para los hogares, como para los mismos originadores de créditos.
“Las entidades se han replegado en el mercado en un esfuerzo por mantenerse sostenibles frente a las difíciles condiciones macroeconómicas, creando desafíos para el acceso al crédito y la inclusión financiera”, comentó Virginia Olivella, directora Senior de Investigación y Consultoría en TransUnion Colombia.
La experta agregó que, no obstante, “a medida que las condiciones macroeconómicas mejoren, hay una oportunidad para que las entidades diseñen estrategias de crecimiento inteligente para capturar cuota de mercado tanto en consumidores existentes como nuevos”.
Cautela en nuevos préstamos
Si bien la economía viene dando señales tímidas de recuperación, en producto interno bruto (PIB) creció en lo corrido del año hasta septiembre 1,6 por ciento, según el Dane, la reactivación del crédito se mantiene un poco replegado.
Las originaciones siguen disminuyendo año contra año para los principales productos de crédito, con excepción de libranza, que aumentaron 2,6 por ciento, advierte la central de riesgo, tras advertir que las Tarjetas de crédito tuvo la mayor caída anual con 30,8 por ciento, seguido por microcrédito 20,5 por ciento y los créditos de libre inversión con 11,7 por ciento.
Según TransUnion, durante el tercer trimestre de 2024, los colombianos continuaron enfrentando desafíos para acceder al crédito, particularmente en los segmentos de consumidores más jóvenes, de mayor riesgo y con menor experiencia crediticia, dado que las entidades siguen reduciendo su apetito de riesgo en respuesta al deterioro observado en el comportamiento de sus carteras.
Los consumidores de los segmentos prime y debajo de prime continuaron viendo las mayores disminuciones en los nuevos créditos, con una caída del 25,7 por ciento anual. Los segmentos de menor riesgo experimentaron disminuciones anuales más bajas, del 18,3 y 13,4 por ciento para los segmentos prime plus y super prime, respectivamente. Esto sugiere una continua cautela por parte de las entidades al extender crédito a consumidores de alto riesgo.
Aunque el acceso al crédito sigue planteando desafíos, hay señales de mejora en el panorama del mercado de crédito colombiano. Las tasas de interés están comenzando a disminuir a medida que la inflación sigue cediendo, y junto con la actividad económica, estos son indicadores líderes del comportamiento del mercado de crédito.
“A medida que el ciclo económico mejora y la actividad del mercado de crédito se recupera, las entidades deben prepararse para crecer de forma prudente, construyendo confianza con el consumidor, desarrollando ofertas relevantes y educando para comportamientos responsables”, dice Olivella.
Agrega que “también deben buscar capturar la renovada confianza del consumidor para generar crecimiento de sus portafolios, utilizando análisis proactivos para ganar y mantener la lealtad de sus clientes. Al mismo tiempo, aunque se espera que las morosidades continúen mejorando, pueden existir focos de vulnerabilidad, lo que hace importante que las entidades continúen utilizando señales de alerta temprana de riesgo para manejar el comportamiento de la cartera”.