Los usuarios pasan épocas de incertidumbre tras tres semanas desde la llegada de Elon Musk como dueño de la compañía.
Las posturas de Elon Musk y el incierto futuro de la red social Twitter alimentan la angustia de muchos tuiteros asiduos que preparan planes de emergencia ante el temor a perder su comunidad. “Espero que esto no suceda, pero por si acaso: ha sido maravilloso tuitear con ustedes”, es el mensaje que la popular congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez fijó en su cuenta de Twitter, que tiene 13,4 millones de seguidores.
“Como plan de emergencia, síganme en mi cuenta @AOC, soy yo en esa red, al igual que aquí”, dijo la representante demócrata. En un momento en el que el futuro de la red social del pájaro azul es incierto y es objeto de controversias desde la toma de poder de Elon Musk, por hacer un recorte de los empleados y además la polémica restitución de la cuenta del expresidente estadounidense, Donald Trump.
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Tras tres semanas al mando de la compañía, el multimillonario empresario dueño de Tesla y de SpaceX, incluso publicó una fotografía que muestra una tumba con el logo de la red social el viernes. Mientras que el domingo publicó un mensaje proclamando que “Twitter está VIVO”.
Los vaivenes del multimillonario han hecho que caigan en una incertidumbre los cerca de 237 millones de usuarios diarios que temen perder a su comunidad, una red de seguidores que puede haberse logrado tras años de una participación constante en la plataforma.
Algunos de estos usuarios ya tuvieron que aceptar que perderán el membrete azul que certifica una cuenta como auténtica, si no pagan un abono de 8 dólares mensajes que busca instaurar Elon Musk para generar ingresos.
Si bien Twitter tiene menos usuarios que Facebook, que tiene 1.980 millones de utilizadores diarios, y que TikTok con 1.000 millones o Snapchat con 363 millones, la red del pájaro azul es un lugar esencial para personalidades públicas, medios y empresas que dependen de este canal para comunicarse.
Un ejemplo, es la comunidad de las criptomonedas, cuyos grandes directivos como Sam Bankman-Fried, el exjefe de la quebrada plataforma FTX o Changpeng Zhao, fundador de Binance, realizaban en Twitter sus importantes anuncios.
¿Y qué alternativas han encontrado los usuarios de Twitter?
Vitalik Buterin, cofundador de la criptomoneda Ethereum, no ha dudado a la hora de orientar a sus millones de seguidores hacia otras redes alternativas. “No puedo esperar a probar Mastodon, Farcaster, Lens y otras”, escribió en Twitter, agregando: “¡Dejen que la mejor red social gane!”.
Para Lauren Beeching, fundadora de una agencia especializada en redes sociales y gestión de crisis para personalidades y grandes marcas explica que “Twitter ciertamente va a convertirse en tabú para las celebridades en los próximos meses”. También afirmó que el ambiente de la red social siempre ha sido como tóxico pero ahora además la red como tal genera polémica.
En el mundo de la moda, la marca Balenciaga y la modelo Gigi Hadid ya dejaron la red tras la llegada de Elon Musk. Para las personalidades más populares “las audiencias pueden migrar”, es decir si Twitter llegara a desaparecer el público va a seguirlos en otro lado “ya que existe una agilidad de parte de las audiencias para ir de una red hacia otra”, indicó Robin Coulet, dirigente de la agencia de comunicación digital francesa Conversationnel.
“Cuando hubo fallos en Facebook, nos dimos cuenta de que los internautas se iban de inmediato hacia otra red”, agregó. Pero para algunos usuarios que apostaron todo a la red del pájaro azul es difícil imaginar migrar por voluntad propia hacia TikTok o LinkedIn para partir de cero.
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Este es el caso del conductor de trenes francés Wilfried Demaret, alias “BB27000”, que tiene 78.000 abonados. “Si Twitter se hunde o se convierte en cualquier cosa, voy a guardar mis historias para sacar un libro algún día”, confió Demaret.
“Me doy cuenta de que es un trabajo enorme, tengo que copiar mis tuits uno por uno y hacer copiar-pegar, sin olvidarme de las imágenes”, contó. “¡Ahí me doy cuenta de lo mucho que escribí!”.