El Gobierno del presidente Gustavo Petro presentó las 12 preguntas de la consulta popular que se radicará el 1.º de mayo en el Senado. En entrevista con EL TIEMPO, la representante de la Alianza Verde Catherine Juvinao habló sobre las implicaciones del mecanismo anunciado y cuál podría ser su trámite en el Legislativo.
Tal y como está planteada la consulta vuelve a reactivar la alerta del Banco de la República sobre la pérdida de empleo y el crecimiento de la informalidad en el país. ¿Realmente esto podría crear esos impactos económicos?
La reforma laboral original, como estaba concebida, efectivamente planteaba el regreso de algunos derechos que habían sido debilitados en años recientes, como sucedió con los recargos nocturnos, dominicales y festivos. Pero, aunque su espíritu es noble y su objetivo loable y necesario, si no se contemplaba técnicamente la propuesta —por ejemplo, para amortiguar el impacto en las MiPymes—, y se aplicaban las medidas de la misma forma tanto a empresas grandes como a microempresas, claro que los incentivos que se generarían serían contrarios a la creación de empleo. Si no se quiere hablar de aumento del desempleo, al menos sí habría una falta en la creación de nuevos empleos, y, tal como lo proyectó el Banco de la República, un aumento en la informalidad.
Catherine Juvinao, representante de la Alianza Verde. Foto:Prensa Catherine Juvinao
Eso es lo planteado en la reforma, ¿cómo está en la consulta?
Yo creo que son preguntas de tipo más general, siendo quizás la más específica justamente la que se refiere a la jornada laboral de 8 horas, recargos nocturnos y dominicales. Esa puede ser la pregunta que más sentido le da a la consulta popular, porque hay otras que no. Yo creo que no se puede afirmar que, si se aprueba esa pregunta en la consulta, eso de inmediato va a generar desempleo o informalidad, porque recordemos que el resultado de una consulta popular es básicamente un exhorto al Congreso para que luego legisle sobre la materia. Haya o no haya consulta popular, ya hay dos mini reformas laborales radicadas: una del Partido Liberal y otra impulsada por varios verdes, liderados por la senadora Angélica Lozano. Estas incluyen los temas de recargos nocturnos y dominicales.
¿Qué pasa si se logra el trámite de esas dos iniciativas?
Si se logra que en el trámite de esas mini reformas las medidas se ajusten técnicamente —por ejemplo, con una entrada en vigencia gradual, diferenciada para grandes empresas (más de 100 trabajadores), medianas, pequeñas y microempresas—, no creo que haya que ser tan alarmistas. El Congreso va a tener la oportunidad de acumular esas dos reformas y hacer los ajustes necesarios.
¿Y si eso no pasa?
Si no pasa, y suponiendo un escenario poco probable, en el que se aprueba la consulta, el Senado da concepto positivo, se hace la consulta y gana esa pregunta, en cualquier caso, tiene que volver al Congreso para ser reglamentada. En esa eventual reglamentación, el Congreso puede moderar técnicamente la entrada en vigencia de esas medidas. Me parece un poco precipitado afirmar que, por las preguntas de una consulta popular —que son generales y que luego deben pasar por el Congreso—, esta sea una amenaza para el país. Yo no lo veo así.
Varios sectores aseguran que las preguntas que ha planteado el Gobierno en la consulta popular cuentan la mitad de la historia y tienen información parcializada. ¿Qué piensa sobre esto?
Sin duda. La reforma laboral del Gobierno, para empezar, es una reforma profundamente limitada en cuanto a su impacto en el mercado laboral. Afecta solamente a unos 8 a 10 millones de empleos formales en Colombia. No aborda a los 12 millones de trabajadores informales, ni a los cerca de 3 millones de desempleados. Es una reforma que busca que quienes ya tienen empleo formal tengan más beneficios y garantías, lo cual está muy bien. Eso nadie se va a oponer.
Catherine Juvinao, representante. Foto:Redes sociales
¿Cuál ha sido la gran crítica a la reforma laboral?
Que no da cuenta integralmente de todas las intervenciones que necesita el mercado laboral, sobre todo para pegarle a los dos problemas principales que son el desempleo y la informalidad. Si partimos de que la reforma laboral no aborda eso, pues la consulta popular tampoco, porque la consulta popular es una versión más ramplona de la reforma laboral, si se si se quiere poner en términos muy coloquiales. Es una es una versión más básica, más genérica, no le quiero decir populista, pero más orientada al a participación ciudadana, que realmente a encausar al Congreso luego en la legislación sobre esas materias.
Desde el Congreso han señalado que la consulta es populista, costosa y sería para hacer campaña. ¿Cómo ve usted este mecanismo planteado por el Gobierno?
Digamos que, en el sentido estricto de la definición de populismo, si uno se quiere poner más académico, si es populista. Es una consulta popular populista, yo creo que su mismo nombre lo dice. Es una consulta popular, obviamente tiene que ser popular, tiene que ser movilizadora para el electorado y tiene que cautivar de manera sencilla al ciudadano de a pie. No creo que uno pueda criticar una consulta popular por ser popular o populista, porque esa es justamente la idea de una consulta popular. Yo no me imagino a ningún político diseñando una consulta popular ultra técnica que luego no entienda la gente y que luego no la salga a votar, obviamente uno no le puede pedir eso ni a los políticos ni a una consulta popular y si son propuestas populistas en la medida en la que, a través de preguntas muy básicas, le venden a la gente salidas fáciles y sencillas a problemas que son muy complejos y que no se resuelven con una pregunta como tan olímpicamente se plantean la consulta popular, entonces sí uno podría decir que es populista.
Sectores económicos dicen que con la actual situación fiscal del país no es coherente hacer una consulta por su alto costo. ¿Sí se tiene el dinero para realizar la consulta y también para financiar lo que plantea?
A mí eso me parece un argumento peligroso. A menos de que sea cierto la situación de austeridad en la que estamos y que efectivamente tenemos a las finanzas públicas en una especie de crisis de caja, inducida por el mismo gobierno, yo creo que ese no es el argumento para cuestionar una consulta popular en este caso, porque es un argumento que fácilmente mañana entonces se acaban las elecciones. La democracia cuesta, los mecanismos de participación ciudadana cuestan, las jornadas electorales cuestan. Yo personalmente no utilizaría el argumento del costo de las elecciones para irme en contra de un certamen de participación ciudadana. Yo creo que para este caso hay argumentos mucho más sólidos, si se quiere y refinados.
¿Cómo cuál?
Por ejemplo, cuántas de las preguntas ya están contempladas en la ley. Meter en una consulta si uno quiere tener permisos laborales cuando está incapacitado no tiene sentido, porque eso ya está regulado en el Código Sustantivo del Trabajo. Eso no tiene ningún sentido meterlo ahí.
¿Cuáles otras preguntas?
Otras ni siquiera requieren ley. Como la de si se está de acuerdo con dar un bono pensional a campesinos. Eso se puede hacer vía decreto y presupuesto, no necesita consulta ni ley. Hay varias preguntas de esas 12 que para mí tienen problemas y que debilitan la necesidad de la consulta popular, porque primero hay unas que ya están contempladas en la ley y hay otras para las que no necesitan ninguna normatividad nueva ni ningún mecanismo de participación ciudadana para hacerlas.
Catherine Juvinao, representante. Foto:@CathyJuvinao
¿Cuántas preguntas de las 12 se salvan?
Yo creo que por ahí dos o tres realmente justifican el mecanismo. El de la jornada laboral de 8 horas más los recargos, el de las plataformas y por ahí alguna que se me esté escapando, pero realmente yo no veo más. Si uno revisa las mini reformas de Angélica Lozano y el Partido Liberal ya incluyen estas preguntas.
¿Qué cree que pase en el Congreso?
El Senado podría decir: “Ya tenemos dos proyectos en trámite que abordan estos temas, no hay necesidad de gastar 700.000 millones de pesos en una consulta popular”.
¿Cómo cree que está el ambiente en el Senado? ¿No se va a aprobar?
Puede pasar cualquier cosa, no quiero jugar al oráculo y que luego pase todo lo contrario, pero no creo que haya un incentivo tan fuerte o mayoritario en este momento para concertar positivamente la consulta popular, por lo que ya muchas de las preguntas de la consulta popular realmente no tienen ningún sentido y las que sí valen la pena, están en esos proyectos que van andando y que seguramente por ser de los congresistas mismos va a tener mejor ambiente, porque eran los puntos que ya estaban consensuados en la reforma laboral. Yo creo que hay una posibilidad de que el Senado niegue la consulta con este argumento.
Se ha hablado que la consulta no es el mecanismo idóneo para discutir iniciativas de política pública y así sustituir las decisiones del Congreso. ¿Qué piensa sobre esto?
Yo no daría la respuesta en términos de si es un mecanismo idóneo o no, porque insisto, la participación ciudadana siempre será idónea. De mi boca nunca se va a escuchar una crítica a los mecanismos de participación ciudadana. Yo apoyo la participación ciudadana, me parece lo máximo, entre más participación haya, mejor y entre más mecanismos se pudieran utilizar mejor. Yo sí creo profundamente en la democracia participativa. Simplemente que aquí el punto es si de verdad estamos ante una consulta popular que se justifica.
¿Cuál puede ser una justificación?
Que el Congreso archivó la reforma laboral sin debate. Eso puede hacer que la ciudadanía sienta que no tuvo la oportunidad de escuchar argumentos a favor y en contra. La reforma a la salud, por ejemplo, tuvo un debate amplio durante tres años, por eso no se propone consulta en ese caso.
¿Por qué?
Porque el debate permite apropiación ciudadana. El trámite legislativo también es pedagógico. En cambio, la reforma laboral fue mucho más débil, si lo queremos poner en esos términos, la gente sintió como que simplemente la hundieron sin debate y obviamente el Congreso no debería generar ese sentimiento en la ciudadanía porque está para deliberar. Si en democracia representativa no logramos sacar adelante temas, pues por la vía de la democracia participativa utilizando otros mecanismos igualmente contemplados en la Constitución, también se puede hacer. El punto de la discusión acá es si las preguntas que incluyeron realmente justifican la convocatoria de una consulta popular en este caso concreto. Y ahí es donde yo creo que la respuesta podría ser no.
¿Para usted las 12 preguntas que formuló el Gobierno no justifican la consulta?
No, no la justifican. Si el Gobierno propusiera preguntas mejor elaboradas y de más alcance, yo sería la primera en apoyarla. Pero en este caso, muchas ya están en la ley o pueden hacerse por decreto. Esa es la impresión que me da la mayoría de las preguntas y en ese sentido creo que no está justificada la consulta popular con esas preguntas.
Catherine Juvinao, representante. Foto:@CathyJuvinao
¿Qué tipo de mayorías se necesitan? ¿Simple? ¿Absoluta? ¿Calificada?
Eso ya está reglamentado, son mayoría simple. Es decir, la mitad más uno de los que estén presentes en el recinto en ese momento en el Senado.
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#Politiqueando con María José Pizarro. Foto:
MARÍA ALEJANDRA GONZÁLEZ DUARTE
Redacción política