En redes sociales se hizo viral el video de una joven mesera que le tiene miedo a la salsa de tomate. Con más de ocho millones de reproducciones, Alexandriah Govan dijo que la peor parte de su día era tener que rellenar los envases de este producto.
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Con una cara de desagrado, la mujer, de 23 años, se grabó mientras llenaba los tarros de la popular salsa roja. Después, en una entrevista para 'Jam Press', explicó cómo esta fobia impactaba su trabajo.
La mesera, de Glasgow, reveló que su medio había surgido cuando tenía 12 años y su hermana le roció una botella de salsa de tomate.
"El olor, incluso el color, me hace temblar", confesó.
En general, a la joven no le gustan la mayoría de salsas, tampoco le agrada la mayonesa, pero debe utilizarlas y manipularlas en su trabajo como mesera. Hasta el sonido de estos condimentos le causa molestia, cuando los clientes en el restaurante aprietan la botella no puede evitar hacer muecas.
"Cuando manipulo kétchup en mi trabajo, tengo que ocultar que lo estoy vomitando. Creo que el olor a vinagre es lo que más me desanima", reveló.
Su video viral acumuló más de 300 mil 'me gusta' y varios internautas no dudaron en compartir sus sentimientos de disgusto hacia la salsa de tomate.
"Genuinamente, creí que era la única persona con miedo a la salsa de tomate", "La odio, es desagradable y horrible de ver", "Hasta el olor de la salsa de tomate me afecta", "Odio la salsa de tomate, no puedo lavar los platos que la tengan" y "Me alegra mucho no ser la única con miedo a la salsa de tomate", fueron algunos de los comentarios.
¿Cómo se llama el miedo a la salsa de tomate?
Este peculiar miedo es conocido como mortuusequusfobia y se define como la intensa fobia la salsa de tomate.
De acuerdo con 'Bubblegum Stuff', la palabra proviene de 'caballo muerto' ('dead horse'), que en la jerga australiana se refiere a este condimento. En latín, se traduciría a 'fobia al caballo muerto'.
Varias personas tienen este disgusto por esta sustancia de color rojo, muchos dicen que se debe al olor, a otros les desagrada el tono y algunos cuantos no toleran la idea de que su comida esté llena del líquido.
Incluso, en 2015 se conoció la historia de Lauren Dodd, una joven con mortuusequusfobia que una vez se había desmayado después de estar en contacto con la salsa de tomate y no podía estar en la misma habitación con personas que estuviera comiendo platos con kétchup.
"No sé qué me pasa, pero la salsa de tomate me aterroriza absolutamente. Cada vez que la veo, empiezo a tener arcadas y siento verdadero miedo por mi vida", dijo en una entrevista para 'Daily Mail'.
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SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO