A sus 75 años, Bruce Springsteen sigue dándole con todo. Sus conciertos habitualmente superan las tres horas. Y tiene fechas de espectáculos hasta el próximo julio. ¿Cómo se alimenta la estrella de rock ante una rutina tan agotadora?
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“Comeré un poco de fruta por la mañana y luego cenaré”, dijo al Times de Londres el mes pasado. “Eso me ha mantenido delgado y fuerte”.
Hacer una comida al día (la dieta OMAD) es una forma algo extrema del ayuno intermitente. El ayuno intermitente típico involucra limitar el momento de comer a periodos de tiempo específicos —digamos sólo entre las 12:00 y las 20:00 horas, o sólo cada dos días. Pero la dieta OMAD comprime esa ventana de alimentación diaria a una hora.
¿Deberías seguir la dieta OMAD?
“Una comida al día no es una buena idea”, dijo Caroline Apovian, especialista en obesidad en el Hospital Brigham and Women’s, en Massachusetts.
Apovian es partidaria del ayuno intermitente en general y lo recomienda a muchos de sus pacientes con obesidad. Pero para la mayoría de las personas, la dieta OMAD sería un desastre, afirmó.
“Si les digo a mis pacientes que coman una sola comida al día, pasarán hambre todo el día”, dijo Apovian. Entonces, probablemente comerían en exceso en la cena. También puede ser un reto obtener todas las calorías diarias en una sola sentada, particularmente si eres activo.
El consejo de Apovian es intentar comer sólo entre el amanecer y el atardecer (lo que técnicamente es una forma de ayuno intermitente). Ella sugiere tomar un desayuno rico en proteínas y platillos ricos en proteínas, frutas, verduras y cereales integrales. Luego, deja de comer a las 18:00 o 19:00 horas.
Los estudios sobre los beneficios para la salud del ayuno intermitente tienden a tener limitaciones. Por lo general, se realizan en grupos pequeños durante periodos cortos y sus resultados suelen ser mixtos.
En un estudio realizado sobre la dieta OMAD, los investigadores descubrieron que cuando 11 adultos físicamente activos y con un peso saludable hacían sólo una comida al día, por la noche, durante 11 días, perdían un poco más de peso y quemaban un poco más de grasa que cuando consumían la misma cantidad de calorías en tres comidas al día.
Otras investigaciones muestran que cuando los participantes restringen su alimentación a ciertas horas del día, terminan consumiendo menos calorías en general. Esa reducción en calorías —no el horario de las comidas en sí— puede ser responsable de la pérdida de peso.
Investigación realizada por Mark P. Mattson, profesor adjunto de neurociencia en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland, sugiere que cambiar entre comer y ayunar podría activar procesos celulares que podrían mejorar la regulación del azúcar en la sangre, reducir la inflamación y hacer que las células sean más capaces de lidiar con diversas formas de estrés.