El gobierno del presidente Gustavo Petro se la jugará por sacar adelante su reforma tributaria de 12 billones de pesos, clave para lograr tener un presupuesto de 523 billones en 2025, en la recta final del periodo legislativo.
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Las últimas semanas han sido de largas e intensas reuniones en el Ministerio de Hacienda y los ponentes de la iniciativa para llegar a consensos que permitan la aprobación de esa ley. En esas reuniones se ha hablado de modificaciones en algunos de los putos de la iniciativa, pero no se ha puesto sobre la mesa la reducción del monto que busca la Casa de Nariño. El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se mantiene en que se deben buscar esos 12 billones de pesos faltantes del presupuesto del siguiente año, que será emitido vía decreto.
Ha habido controversia, por ejemplo, en los impuestos para los juegos de azar en las plataformas digitales e incluso el Gobierno acusó a los gremios de estar presionando para que no se tramite la reforma, hecho que fue negado por el gremio en un comunicado. Asojuegos y Fecoljuegos negaron esos señalamientos.
"Resulta absolutamente ilógico que los juegos de suerte y azar físicos estén gravados y las plataformas no. Es absolutamente ilógico que no estén pagando impuestos cuando es un negocio real, en donde el impuesto lo pagan los apostadores porque las casas de apuestas solo pagan el impuesto de renta", aseveró Bonilla, quien confía en que el lunes esté radicada la ponencia para primer debate.
Los votos para la reforma tributaria no estarían en Senado
Más allá de la discusión del articulado, el Gobierno se enfrenta a un duro desafío y es que los votos en Senado no estarían. No en vano fueron las dos comisiones económicas de esa corporación, de las que hace parte el presidente del Senado, el conservador Efraín Cepeda, las que a finales de septiembre hundieron el proyecto del presupuesto, lo que desencadenó la llamada dictadura fiscal.
EL TIEMPO consultó a varios miembros de esas dos comisiones y coinciden en que las fuerzas están para no aprobar el proyecto, no obstante a que en la Cámara de Representantes el Gobierno sí tiene los votos. Sin embargo, no sentarán postura hasta que no se conozca definitivamente la ponencia.
Y es que si una sola comisión de las cuatro económicas vota de manera negativa la iniciativa oficial, esta se hunde.
Sin embargo, Cepeda sí aseguró este jueves que votará negativo el proyecto oficial: "No puedo dar predicciones de lo que va a pasar. Solo anuncio mi voto y será negativo. Me parece un círculo vicioso aprobar una reforma tributaria cuando el recaudo tributario cae, cuando la inversión privada tiene hostilidades al interior del Gobierno Nacional".
"Pero tenemos que celebrar que el Congreso empieza a sintonizarse con la opinión pública al negar el mentiroso monto del presupuesto, cuyo déficit no era de 12 billones, sino algo más de 40, sin incluir los 11 del fondo de compensación que también faltarán, pues el diésel no se incrementará a partir de diciembre, como quedó claro en la negociación con los transportadores. Muy bien parados vi a los parlamentarios de las comisiones económicas. Sin ese presupuesto chimbo nos evitaremos el más chimbo proyecto tributario. Y que Petro saque su presupuesto por decreto. Es su talante autoritario", señaló, por su parte, Germán Vargas Lleras, jefe de Cambio Radical, en una de sus columnas publicadas en este diario.
Un apretado calendario: receso legislativo se inicia el 16 de diciembre
El calendario, además, podría ser un obstáculo. El 16 de diciembre se acaba el periodo legislativo y en esas dos semanas otra de las prioridades será sacar adelante las reformas constitucionales, como la política y al Sistema General de Participaciones (SGP). Si no están listas para esa fecha, se hunden. Pero si eventualmente se llega a plenarias y estas están copadas con actos legislativos se podría ir a extras, pero en el Congreso no hay mucho ambiente para ir a sesiones extras, por lo que según varias fuentes del Legislativo, la idea es evacuar ese proyecto antes del 16 de diciembre, bien sea para aprobarlo o para hundirlo.
MATEO GARCÍA
Subeditor de Política