El Campín: ¿qué hay detrás de las bacterias que dañaron la grama del estadio?

1 semana ago 11

Fue necesario recolectar una muestra de la grama del estadio Nemesio Camacho El Campín, el 1.º de mayo de 2023, para saber por qué razón esta se veía tan deteriorada, sobre todo después de los cambios extremos de temperatura y humedad presentados entre el 10 y el 17 de abril.

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Según el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), esta tuvo que someterse a pruebas de fitopatología que, como explican expertos, es una ciencia interdisciplinaria que incluye conocimientos de botánica, microbiología, ciencias de cultivos, ciencias del suelo, ecología, genética, bioquímica, biología molecular y fisiología, que se llevaron a cabo en los laboratorios de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Lo que se encontró fue sorprendente, pues se hallaron cuatro microorganismos cuyos nombres científicos son: Fusarium sp. (hongo), Pseudomonas sp., Pratylenchus sp. (nemátodos) y Xanthomonas sp. (bacterias).

De esta última, se hallaron niveles por encima de los normales. Esto explicaría por qué se dañó la estética del campo deportivo, sobre todo el follaje de la grama poa, una de las dos que tiene el principal escenario deportivo de la ciudad.

¿Por qué atacan bacterias?

Según el análisis, lo más probable es que estas bacterias surjan debido a cambios drásticos de clima. En este caso no sirvió de nada la aplicación de fungicidas, insecticidas y bactericidas contemplados en los protocolos agronómicos deportivos y los eventos de las artes escénicas.

De hecho, el informe de la Universidad Jorge Tadeo Lozano indica que esta bacteria se desarrolló como resultado de fenómenos de temperatura y humedad presentados entre el 10 y el 17 de abril. El IDRD explicó que hicieron mucho daño las temperaturas alcanzadas por el fenómeno denominado halo de sol.

Se registraron cambios bruscos en toda Bogotá durante los días 12, 13, 14 y 15 de abril. Es decir, hubo variaciones de temperatura altas y bajas durante el día y la noche y esto produce incrementos de la transpiración en la planta con pérdida de agua y disminución de la fotosíntesis, así como disminución de la producción de azúcares y otras moléculas esenciales para la fisiología del cultivo. “Esto ocasionó un alto costo energético para la grama”, explicó el IDRD.

En conclusión, todo lo explicado en cuanto a variaciones microclimáticas, de temperatura y humedad, propició que se generaran el ataque y la reproducción de las bacterias.

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El resultado fue la pudrición blanda sobre raíces y hojas, que mostró los síntomas característicos de esta enfermedad: marchitez vascular o amarillamiento, pérdida de material vegetal, exudación bacteriana y exposición del suelo.

Sin embargo, a pesar de la pérdida vegetal producida por el colapso de la especie poa dentro del campo de juego, las estructuras vegetales del kikuyo –la grama dominante– no sufrieron pérdida vegetal y posibilitaron el desarrollo de actividades deportivas sin afectar parámetros del juego, es decir, el rodaje y el rebote de la pelota y la interacción con los jugadores. Pese al aspecto de la grama, no hubo afectación en la compactación ni en la porosidad del campo.

La entidad continuará con el plan de choque para reversar los efectos de la mencionada bacteria en la grama poa y adelantando procesos como los del pasado 8 de mayo de 2023, consistentes en aireaciones, salado con arena, mejoradores de suelo, inhibidores biológicos y fertilizantes biológicos.

Pese al aspecto de la grama, no hubo afectación en la compactación ni en la porosidad del campo.

Otros ajustes

Hay que recordar que a este daño, que ya está siendo subsanado por el IDRD, se suman otros que han sido denunciados por la Personería de Bogotá. En su último seguimiento encontró que el sistema de pararrayos “no tiene la cobertura necesaria para proteger el 100 por ciento del escenario deportivo, ya que no cubre la cancha ni la totalidad de las tribunas”, y que “la tribuna occidental del estadio se puede clasificar en un nivel de riesgo alto debido a la alta concentración de personas”.

Julián Pinilla Malagón, personero de Bogotá, afirmó que, además, durante el primer semestre de 2022 se probó la falta de mantenimiento en algunos espacios. “En la tribuna occidental hay fisuras y humedades, posiblemente asociadas a la ausencia de mantenimiento de los sistemas de drenaje de aguas lluvias, daños que, aunque no comprometen la estabilidad estructural, pueden acelerar el proceso de deterioro del escenario deportivo”.

Incluso, llamó la atención sobre el poco espacio de circulación en la tribuna noroccidental, denominada ‘familiar’, y la tribuna occidental. “Esto va en contravía de la normativa”.

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¿En qué van los arreglos?

El estadio El Campín cumplirá 85 años de existencia en agosto próximo. Por ese motivo se espera que, una vez se firme un convenio con un originador a través de una alianza público-privada, en 2024 arranquen las obras de renovación de la estructura.

Según la directora del IDRD, Blanca Inés Duran, la obra consiste en una alianza público-privada que presentó un originador (Complejo Cultural y Deportivo Estadio El Campín S. A. S.), que es un consorcio conformado por una empresa española, una chilena y una colombiana.

Será toda una renovación de la parte urbana alrededor del estadio que va a permitir que este barrio se renueve, que tenga más vitalidad. “Vamos a tener además la sede de la Filarmónica, una zona comercial, una zona de comidas y una zona administrativa, donde vamos a tener oficinas con la Filarmónica y otras entidades del Distrito, entre otros espacios”.

Esto podrá costar alrededor de 2,8 billones de pesos. Es un gran reto, no solo para Bogotá y para los originadores, sino para todo el país, porque es la primera APP de estas dimensiones en el país.

Grama del estadio El Campín.

Dentro del contrato se incluyó la renovación completa de la grama. La idea es que tenga un sistema de drenaje todavía más poderoso que le permita adaptarse a condiciones meteorológicas que le hacen daño.

REDACCIÓN ELTIEMPO
CAROL MALAVER

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