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hace 3 semanas
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Nuestro entorno está invadido por una serie de parámetros de consumo bastante costosos, la promesa de una vida llena de lujos que requiere un alto capital. El manejo del dinero en la sociedad actual es todo un reto que no muchos logran gestionar de manera correcta.
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Existen todo tipo de personas en el ámbito de la gestión financiera personal: hay quienes gastan de manera apresurada sus ingresos mensuales, llegando a la mitad de la quincena sin fondos suficientes para terminar el mes.
También están aquellos que son minuciosos en sus gastos, contabilizando cada moneda que invierten y otros que prefieren ahorrar hasta el último centavo.
No obstante, la revista ‘Forbes’ aseguró que, entre las miles de posibilidades, existen dos categorías muy comunes entre la relación del dinero con la personalidad, siendo extremos entre sí y considerados “trastornos”.
Dismorfia del dinero
Según la revista estadounidense de moda ‘Vogue’, hay una tendencia que afecta principalmente a los jóvenes, debido a su constante conexión al espacio digital.
Nuestro entorno está invadido por una serie de parámetros de consumo bastante costosos.
Foto:iStock.
Las redes sociales están llenas de creadores de contenido que presumen de una vida llena de lujos y excentricidades, gastando dinero en fiestas, carros, ropa y celulares de alta gama.
Por supuesto, estas imágenes solo reflejan una parte muy distorsionada de la realidad, en la que personas que no superan los 35 años viven como reyes, colmados de abundancia y belleza.
Este fenómeno ha llevado a que muchos individuos, consumidores de este tipo de contenido, empiecen a tener una visión alterada de su situación financiera, tomando pésimas decisiones monetarias.
El afán de aparentar por medio de las plataformas digitales ha causado un cambio en las dinámicas de compra de los internautas, creando la famosa dismorfia del dinero, un problema que lleva a gastar más dinero del que se tiene.
La inseguridad que causa este fenómeno en la situación financiera personal genera en la gente una preocupación sobre el dinero que se gastaron, el capital que desean tener y los recursos para seguir invirtiendo.
Crometofobia
Por su lado, y totalmente alejado de la dismorfia del dinero, está el miedo irracional y extremo a gastar. ¿Ha sentido ansiedad por emplear sus fondos? ¿Ha evitado de todas las formas posibles consumir productos para no perder ni un solo peso?
Según el medio ‘BBC’, la crometofobia es más común de lo que se piensa, creando una incomodidad al imaginar cualquier tema financiero, como hacer las compras, tener joyas, pagar deudas o emplear tarjetas de crédito.
Una persona con este tipo de miedo puede llegar a experimentar ansiedad, pensamientos suicidas y depresión. Además, sus relaciones sociales se ven truncadas por su “tacañería”, ya que descartan cualquier tipo de reuniones o salidas.
“Es una palabra poco conocida, con un significado intrigante. Normalmente, pensamos que todos deseamos tener dinero para usarlo para nuestras necesidades y deseos. Pero para algunas personas, el simple hecho de pensar en el dinero o tocarlo les produce una gran aversión o inseguridad”, explicó la psicóloga Luciana Moretti.
Además, según la revista ‘Forbes’, tienden a tener un control compulsivo del dinero alojado en su cuenta bancaria, llegando incluso a evitar pagar cosas básicas, como los servicios, el médico, los víveres y el agua.
JOHAN STEVEN GUERRERO
EQUIPO ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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