Desgarrador relato de vecinos que rescataron a hijastra abusada por pastor en Caldas: 'Escuchaba música cristiana'

La vereda San Andrés de Chinchiná, en el departamento de Caldas, fue el escenario de un aberrante crimen que ha conmocionado a Colombia: una menor de 13 años, víctima de abuso sexual y secuestro, logró escapar de su agresor, quien además era su padrastro y pastor de una iglesia evangélica en Santa Rosa de Cabal (Risaralda). Vecinos revelaron a medios locales detalles del caso.

El sujeto, identificado como José Erley Ramírez Garcés, fue visto persiguiendo a la menor luego de que esta escapara del lugar donde presuntamente la tenía amarrada y amordazada. El caso está en manos de la Fiscalía, que ya le imputó cargos por acceso carnal abusivo y secuestro agravado, aunque el procesado no aceptó cargos.

'Escuchaba música cristiana': el relato de los vecinos 

Uno de los principales testigos del caso fue Diego Osorio, vecino del sector y quien se convirtió en una de las personas que logró ayudarla. 

El hombre relató en entrevista con el medio Notiaraucarias Santa Rosa de Cabal que el caso sucedió sobre las 8:14 de la mañana el pasado 29 de abril. A esa hora, la comunidad se empezó a alertar debido a varios alaridos y pedidos de auxilio. Al salir, se encontró con una escena extraña: un hombre estaba intentando llevarse a una mujer, a quien solo la cubría una sábana blanca. 

“Yo escuché unos gritos y me asomé, pensé que era una pelea de pareja. Cuando me paré a mirar qué había pasado, si estaban borrachos o era una pelea, una señora que también se acercó me pidió auxilio", contó al respecto. 

La víctima tenía cinta en los brazos, boca y cuello y, según explicó Osorio, el amarre estaba tan apretado que apenas podía respirar. El vecino se acercó rápidamente y reconoció al hombre que estaba con la menor de edad: era un pastor de la zona, quien salió corriendo hacía su casa tan pronto se aproximaron más personas.

"Ahí me di cuenta que ella tenía cinta en los brazos, en la boca y en el cuello, pero ya estaba perdiendo el sentido porque ella me pedía auxilio con los ojos", indicó que logró aflojar el amarre de su cuello y, al hacerlo, la niña le dijo: “Me violó, me violó y me iba a matar”. En ese momento, comprendió la gravedad del hecho y se lanzó a buscar al agresor con machete en mano.

Un elemento que destaca Osorio es que Ramírez Garcés llegó a su casa alrededor de las 6 de la mañana "normal" y puso música cristiana a alto volumen. Al parecer, según afirma, lo hizo para evitar que los gritos de la menor fueran escuchados. “Lo que se espera uno de una persona de esas…”, lamentó desde el portal antes citado.

Otro testigo, una mujer de la comunidad, quien fue entrevistada por el mismo medio pero no identificada, narró que vio cómo Ramírez intentaba arrastrar a la menor nuevamente hacia la casa. 

La vecina aseguró que se percató de los gritos mientras estaba en el comedor de su casa: "Yo salí y él ya la traía arrastrando aquí. Cuando la tenía en el suelo, ella ya estaba completamente desnuda, entonces yo cogí, corrí y la tape y le dije: 'Suéltela, qué esta pasando'". 

El señalado pastor habría tomado de las manos a la mujer y comenzado a jalar de la soga que posaba en el cuello de la menor para llevársela. "Ella me decía: ‘No me vaya a dejar llevar por él’. Ahí pedí ayuda y salieron otros vecinos”, precisó y añadió que la víctima "se estaba ahogando prácticamente".  

Osorio señaló en su relato que la menor de edad les aseguró que el hombre "la violó, la dejó amarrada con llave y a unos tres o cuatro metros estaba haciendo un hueco para enterrarla. Pero que encontró una puerta destrancada".

En dichas versiones, los testigos y las imágenes que circulan en redes apuntan a que el pastor habría cavado un hueco en la parte trasera de su finca, con una caneca azul adentro, donde pretendía arrojar el cuerpo.

Por su parte, la Fiscalía General de la Nación confirmó que la niña fue engañada para ir al lugar, donde fue "encerrada, amordazada, amarrada y agredida sexualmente". 

Después de su escape, cámaras de seguridad registraron cómo Ramírez la perseguía, escena que encendió la alerta de la comunidad, la cual terminó propinándole una golpiza antes de que llegara la Policía.

Según Julián Martínez, abogado representante de la familia de la víctima, la niña de 13 años sigue hospitalizada recibiendo atención médica y psicológica. La defensa le aclaró a EL TIEMPO que espera que reciba una condena ejemplar, aunque no se le imputó tentativa de homicidio. 

"Es posible que sí lo quisiera hacer, y no solamente contra la niña, sino también contra la mamá. Pero como los hechos no sucedieron, no se le imputó el delito de tentativa de homicidio. Como es sabido, en la normativa penal colombiana a la persona se le juzga por lo que hace, no por lo que piensa hacer" declaró.

REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS.